Edward de Bono se ha ocupado durante años del estudio del pensamiento creativo, de la innovación y la enseñanza directa del pensamiento como una destreza. A él se deben el concepto y las herramientas formales del pensamiento lateral.
EC | Madrid | Noviembre 2012
El pensamiento lateral trata de resolver problemas por métodos no ortodoxos o aparentemente ilógicos. De Bono, en su libro El pensamiento lateral, lo opone al pensamiento lógico. Este tipo de pensamiento está íntimamente relacionado con los procesos mentales de la perspicacia, la creatividad y el ingenio. El método más eficaz para transformar ideas es mediante la reestructuración de la información disponible a la luz de la perspicacia, buscando originar otras nuevas utilizando para ello la creatividad.
El pensamiento lateral es creador, es provocativo, puede efectuar saltos, no es preciso que sea un pensamiento correcto, no rechaza ningún camino, explora incluso lo que parece ajeno al tema, no utiliza ni categorías ni clasificaciones ni etiquetas fijas, sigue los caminos menos evidentes, es un proceso probabilístico. En el pensamiento lateral, la información se usa no como fin, sino sólo como medio para provocar una disgregación de los modelos y su subsiguiente reestructuración automática en ideas nuevas.
De Bono trata de materializar su idea del pensamiento lateral en una forma lingüística, para conseguir un uso más eficaz. Para ello, escoge la palabra PO. Se podría decir que el pensamiento lateral es el dominio del PO. La función del PO es reestructurar la información para crear nuevos modelos, a través de dos procesos: la creación de nuevos modelos o innovación, y la investigación de los viejos o liberación.
De Bono trata de materializar su idea del pensamiento lateral en una forma lingüística, para facilitar su uso, y escoge la palabra PO, cuya función es reestructurar la información para crear nuevos modelos.
En su libro Aprende a pensar por ti mismo, De Bono trata de estimular el pensamiento creativo, prestando especial atención al fenómeno de la percepción, que nos proporciona ingredientes para el pensamiento, y un modo de contemplar el mundo. El autor propone cinco etapas para fomentar el aprendizaje, y para describirlas utiliza un símbolo que indica de manera visual la naturaleza de la misma. Son las siguientes:
- TO indica la meta, el propósito u objetivo del pensamiento. ¿A dónde vamos? ¿Qué queremos obtener?
- LO indica la información disponible y la que necesitamos. ¿Cuál es la situación? ¿Qué sabemos? Las percepciones también se incluirían aquí.
- PO es la etapa de la posibilidad. En ella podemos crear soluciones y posibles enfoques. ¿Cómo lo hacemos? ¿Cuál es la solución? Ésta es la etapa generativa.
- SO reduce, revisa y elige entre las posibilidades. Es la etapa de la conclusión, la decisión y la elección. Es la etapa del resultado.
- GO indica el “paso a la acción”. ¿Qué vamos a hacer al respecto? ¿Qué viene luego? ¿Qué sigue a nuestro pensamiento?
Las dos primeras hacen referencia al aspecto de la aportación, las dos últimas al del resultado. La de en medio, PO, es el puente o vínculo entre aportación y resultado, y como vimos es la base del pensamiento creativo. De Bono inventó esta palabra PO para indicar formalmente que en un momento dado aparecería una provocación, una de sus técnicas de pensamiento creativo. Una provocación es una afirmación que sabemos que es falsa, pero que utilizamos para evadirnos de nuestra forma habitual de pensar de modo que podamos crear nuevas ideas. La etapa PO genera posibilidades. Algunas son mejores que otras. Unas necesitan un mayor desarrollo antes de la evaluación.
De Bono diseñó el programa de pensamiento CoRT específicamente para la enseñanza directa de la asignatura escolar de aprender a pensar. La esencia de este programa de pensamiento es la utilización de la “herramienta”. Los estudiantes practican con la herramienta en una serie de breves temas considerados objetos de pensamiento.
Es indispensable adquirir algunas técnicas que faciliten la aplicación del pensamiento lateral a situaciones y problemas concretos, desarrollando así gradualmente la habilidad y la costumbre en su uso. Para el desarrollo de esa habilidad, en sus libros se incluyen ejercicios específicos que facilitan la comprensión de las técnicas e ilustran su aplicación. Técnicas como la pausa creativa, el foco, el cuestionamiento, las alternativas, el abanico de conceptos, la aportación del azar, los estratales o el filamento, son analizadas en diferentes libros.
El método de los seis sombreros para pensar permite separar al Yo de su actitud personal, jugar con personalidades ficticias que actúen de diferente forma.
De entre todas las técnicas, la de los seis sombreros para pensar ha tenido un enorme éxito. Se usan sombreros de colores como metáforas, son categorías de conductas de pensamiento; cada estado es simbolizado por el acto de ponerse un sombrero de colores, real o imaginario. Con el sombrero blanco se pide que se dejen de lado las propuestas y razonamientos y se concentren directamente en la información. El sombrero rojo se relaciona con los sentimientos, la intuición, los presentimientos y las emociones. El sombrero negro es el sombrero de la «cautela”, del juicio crítico. El sombrero amarillo es para el optimismo y para una visión lógica y positiva de los hechos. El sombrero verde es para el pensamiento creativo, para las ideas nuevas, para plantear posibilidades e hipótesis. El sombrero azul es para el control de los procesos, prepara la agenda para pensar, exige resúmenes y conclusiones y decisiones (por lo general, lo utiliza el organizador de la reunión, aunque los otros pueden presentar sugerencias). El pensador es desafiado a usar los diferentes sombreros, y experimenta realmente una sensación de libertad porque ya no tiene que limitarse a adoptar una sola posición. Todos deben hacer un esfuerzo para usar todos los sombreros.
El método de los seis sombreros para pensar permite separar al Yo de su actitud personal, jugar con personalidades ficticias que actúen de diferente forma, como hace Fernando Pessoa al inventar sus “heterónimos” (Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Álvaro de Campos). El poeta asegura que él no evoluciona: viaja. “Voy cambiando de personalidad, voy (aquí puede haber evolución) enriqueciendo mi capacidad de crear personalidades nuevas, nuevos tipos de fingir que comprendo el mundo, o mejor, de fingir que se puede comprender”.
En su libro La revolución positiva, intenta poner en marcha un movimiento social, caracterizado por los principios básicos de la efectividad, los aspectos constructivos, el respeto, la auto-superación y la contribución. La revolución positiva utiliza el diseño en lugar de la crítica. En lugar de decir qué está mal, intenta decir “¿cómo podemos mejorar?”.
José Antonio Marina, en su Teoría de la Inteligencia Creadora, asegura que la inteligencia nos permite conocer la realidad. Cumple así una función adaptativa: nos permite vivir y pervivir. Y sobre todo realiza una desconcertante función: inventa posibilidades. El hombre construye su inteligencia con arreglo a un proyecto, que descubre sus posibilidades reales. De Bono le da una vital importancia al dominio del PO, del reino de la posibilidad, para poner en marcha el pensamiento creativo necesario para generar ideas creativas. El poder generativo de la posibilidad es uno de nuestros grandes recursos.
Fuentes | |
De Bono, Edward. El pensamiento lateral. Paidós, Barcelona, 1990. | |
De Bono, Edward. El pensamiento creativo. El poder del pensamiento lateral para la creación de nuevas ideas. Paidós, Barcelona, 1994. | |
De Bono, Edward. Aprende a pensar por ti mismo. Paidós, Barcelona, 1997. | |
De Bono, Edward. La revolución positiva. RBA edipresse, 1997. | |
Marina, José Antonio. Teoría de la inteligencia creadora. Anagrama, Barcelona, 1993. | |
Pessoa, Fernando. Odas de Ricardo Reis. Unidad Editorial, Madrid, 1999. | |
Edward De Bono. Pagina oficial | |
De Bono Thinking Systems |