Vamos a entrevistar, no a uno, sino a dos libros que, además, han sido éxito de ventas. Se trata de los libros de Don Tapscott y Anthony D. Williams: «Wikinomics. La nueva economía de las multitudes inteligentes» y «Macrowikinomics. Nuevas fórmulas para impulsar la economía mundial.
EC | Madrid | Junio 2012
Pregunta. En primer lugar, ¿a qué pensáis que se debe vuestro éxito?
Respuesta. Proponemos un modelo totalmente nuevo, acorde con los tiempos que corren. Queremos aprovechar las ventajas que ofrecen Internet y la Web 2.0, así como los cambios sociales, culturales y económicos que producen. Parece que los antiguos modelos han entrado en crisis y no funcionan, o les queda poco tiempo. Mucha gente ve esto con pesimismo o incredulidad, pero nosotros pensamos que es una oportunidad para cambiar la forma de hacer las cosas e intentar mejorar.
P. De modo que lo que estáis proponiendo es un cambio de paradigma, ¿en qué consiste exactamente?
R. El viejo modelo de negocio tiene unas características muy rígidas y cerradas. Se aferra a una estructura jerárquica y depende exclusivamente del personal interno para desarrollar la empresa, por lo que una de sus mayores preocupaciones es proteger a toda costa su conocimiento y los activos intelectuales de la organización. El tipo de organizaciones de que hablamos, en cambio, co-innova con todos, especialmente con sus clientes, comparte recursos que anteriormente se hallaban celosamente guardados, aprovecha el poder de la colaboración masiva y, más que como una multinacional, se comporta como una empresa realmente global.
P. ¿Vuestras teorías son sólo aplicables al mundo de la empresa?
R. Partimos de la economía, pero extrapolamos las conclusiones a otros muchos espacios: conocimiento, ciencia, educación, ecología, consumo, política, sanidad, acciones solidarias… Incluso nos hemos inventado unos cuantos términos para aludir a nuevos ámbitos que están surgiendo. Por ejemplo, Ideágoras, que sería como la nueva plaza pública (global y en red) en que se discuten y resuelven problemas y cuestiones de todo tipo, gracias a la colaboración de todo el mundo. Un hervidero de ideas. O los prosumidores, que son consumidores que, además, producen lo que desean, o intervienen en el proceso de creación y desarrollo de los productos para adaptarlos a sus necesidades. Como ves, todo el modelo se basa en las aportaciones de la gente.
P. Ya eso hace referencia el nombre de Wikinomics, ¿me equivoco?
R. En efecto. “Wikinomía” es una metáfora de esta nueva era de colaboración y participación. De hecho, el primer libro lleva por subtítulo La nueva economía de las multitudes inteligentes. Nos encanta el modelo de Wikipedia. La Red ha dejado de ser algo pasivo, vertical, impuesto por unos pocos. Ahora todos tenemos algo que aportar, todos somos protagonistas activos y partícipes directos. Internet no es un depósito de conocimientos, sino el pegamento que une las relaciones sociales. Y esta nueva generación está trasladando este ethos interactivo a ámbitos de la vida cotidiana como el trabajo, la educación y el consumo. 2006 fue una fecha clave: el año en que la nueva Web 2.0 superó a la antigua (estática). Los “perdedores” crearon páginas web; los ganadores desarrollaron comunidades activas de usuarios, plazas públicas. Las empresas monolíticas, autónomas y centradas en sí mismas, definitivamente, están en vías de extinción.
P. ¿Cómo es la Wikinomía? ¿Cuáles son sus ventajas?
R. Como hemos explicado, está basada en la producción entre iguales. A día de hoy, para aprovechar todo el talento, es más importante la infoestructura que la infraestructura. En definitiva, para cualquier empresa que decida adoptar este modelo, “el mundo será su departamento de I+D”. Los principios de la Wikinomía son:
Los jóvenes de hoy en día se han criado con la tecnología: son la Generación Net.
- Ser abiertos
- Interacción entre iguales
- Compartir
- Actuación a escala global
Las ventajas fundamentales de la producción entre iguales son muchas, puesto que permite: aprovechar el talento externo, seguir el ritmo de los usuarios, incrementar la demanda de productos complementarios, reducir costes, trasladar la ubicación de la competencia, eliminar fricciones en la colaboración, desarrollar el capital social.
P. Habláis de una nueva fuerza…
R. Sí, una fuerza de colaboración masiva. Un nuevo modelo de colaboración y producción social en el que individuos, empresas y organizaciones se inspiran para obtener nuevos modelos de solución de problemas. Se produce un profundo contraste entre un conjunto de instituciones atribuladas y estancadas, que giran en torno a un estereotipo de pensamiento y organización jerárquico, propio de la era industrial, y otra serie de instituciones construidas desde la participación ciudadana, basadas en principios como la transparencia, la colaboración y el uso compartido de los datos y de la propiedad intelectual.
P. De modo que es fundamental la inteligencia colectiva.
R. Desde luego, la inteligencia colectiva inspira los principios básicos de la Wikinomía y constituye el núcleo de la colaboración masiva. Se ha de impulsar la inteligencia de las multitudes y la capacidad productiva de la gente. Por muy inteligente que uno sea y por mucho que se esfuerce, el tiempo, los recursos y la creatividad son limitados. Sin embargo, a través de la colaboración colectiva se pude aprovechar un caudal de talento que excede lo que se podría contratar a tiempo completo. “En lugar de delegar en 3 expertos que aportan 1000 horas cada uno, delegas en 1000 personas que aportan 3 horas cada una”. Sólo se requiere el deseo de crear y las herramientas para colaborar, y ambas cosas abundan.
P. ¿Qué impacto tiene la inteligencia colectiva en la universidad, la ciencia y la educación?
R. Podemos hablar de una reinvención de la universidad. El aprendizaje colaborativo cambiará el proceso de enseñanza. Gracias a la tecnología actual podemos adoptar nuevos modelos colaborativos y sociales de aprendizaje. Inmersión y aprendizaje en grupo serán elementos clave de la nueva pedagogía. El mejor ejemplo es la iniciativa del MIT Open Course Ware, quizá la aportación más importante y rentable de los últimos 10 años al conocimiento mundial. O la Wikiversidad. Estamos caminando hacia la Universidad 2.0, lo cual es maravilloso, porque, al igual que el viejo modelo de empresa, la educación está empezando a atrofiarse. ¿Cómo evitar esa atrofia?
- adoptando el aprendizaje colaborativo como el modelo pedagógico básico
- creando nuevos modelos de ingresos y colaboración entre instituciones de educación superior para derribar los muros que las separan
- cambiando los sistemas de incentivos para premiar no sólo la investigación, sino la enseñanza
- construyendo la infraestructura de la educación superior del siglo XIX.
La ciencia, por su parte, se beneficia enormemente de la colaboración masiva. Tenemos, por ejemplo, Science Commons, un derivado de Creative Commons, que está desarrollando un nuevo modelo de patentes para que las empresas compartan tecnologías sostenibles. Es una iniciativa llamada Green Xchange que promueve el reconocimiento del liderazgo intelectual que subyace a las tecnologías compartidas, de modo que se atribuya el mérito debido a las empresas que ceden tecnología. E Innocentive, donde grandes empresas cuelgan de manera anónima problemas u obstáculos a que se enfrentan, y participantes de todo el mundo aportan ideas para solventarlos.
P. Parece que la Wikinomía y la colaboración masiva ya están teniendo efectos visibles. ¿Qué sucede en el terreno de la política y la administración pública?
R. Pasaron tres años entre la publicación de ambos libros, que dedicamos a continuar con las entrevistas y la investigación. Hemos descubierto 5 principios fundamentales (inspirados en los principios de la Wikinomía), no sólo a nivel empresarial, sino que pueden hacer del mundo un lugar más justo, seguro, próspero y sostenible:
- colaboración
- apertura
- uso compartido de los recursos
- integridad (transparencia, consideración y responsabilidad)
- interdependencia.
En cuanto al tema de la política, tenemos por ejemplo el caso de Estonia. Esta nación, al independizarse de la Unión Soviética, heredó un problema: cientos de vertederos ilegales a lo largo y ancho del país. Al cabo de años sin que nadie se hiciera cargo de la basura, los ciudadanos decidieron ocuparse ellos mismos: mediante una combinación de varios sistemas como Google Earth y redes sociales, un par de emprendedores reclutó a miles de voluntarios. En primer lugar, se procedió a cartografiar todos los vertederos (más de 10.000). Finalmente, el día 3 de mayo de 2008, más de 50.000 personas se dedicaron a limpiarlo todo y trasladar los residuos hasta los vertederos centralizados. Vale que Estonia es un país pequeño, pero lo importante es que se aprecia un cambio de actitud. Las innovaciones que se muestran en este ejemplo demuestran que el conocimiento, la información, el talento y la energía avanzan, se moldean y canalizan de maneras completamente novedosas, dentro, fuera y a través de las fronteras de la administración. Parece que muchas de las instituciones que nos han prestado un buen servicio durante décadas hayan llegado a un punto de no retorno y sean incapaces de avanzar. Sin embargo, no paran de surgir nuevas posibilidades a medida que los ciudadanos con iniciativa, pasión y experiencia se valen de las nuevas herramientas de la Red para participar en la construcción de un mundo más próspero, justo y sostenible. También recogemos casos de webs interactivas y wikis creadas para emergencias como el Katrina, Haití, y muchos más.
P. ¿Alguna conclusión o mensaje para terminar?
R. Supongo que ha quedado claro que el mundo está cambiando. Esta nueva etapa reclama un nuevo tipo de líder. Y lo tenemos, precisamente, en nuestras nuevas generaciones. Los jóvenes de hoy en día se han criado con la tecnología: son la Generación Net. Han crecido conectados y son el futuro. Esto es algo muy interesante, porque es la primera vez en la historia de la humanidad en que los niños tienen autoridad en algo realmente importante; saben más que sus padres sobre Internet y ordenadores. De modo que somos optimistas respecto al futuro. Tal vez sea posible, con la tecnología moderna, que las organizaciones y las sociedades compartan una perspectiva e incluso una especie de conciencia colectiva, un estado consciente, informado, preocupado e intencional. Si una organización adquiere una conciencia colectiva, quizá pueda aprender. Las llamadas “organizaciones de aprendizaje” representan esta interconectividad consciente. La capacidad de aprender dinámicamente como organización, podría ser la clave para llevar a cabo la transición desde los modelos industriales de creación de valor, ya obsoletos, hasta los nuevos modelos que hemos descrito.
Bibliografía | |
– Wikinomics. La nueva economía de las multitudes inteligentes. Don Tapscott y Anthony D. Williams. Paidós, Barcelona 2006. | |
– Macrowikinomics. Nuevas fórmulas para impulsar la economía mundial. Don Tapscott y Anthony D. Williams. Paidós, Barcelona 2011. |
Estoy de acuerdo en que la «nube» va a revolucionar muchos aspectos de la sociedad y en particular el acceso a la información. Lo que no veo tan claro es que eso conlleve poder compartir el poder. Podemos discutir, opinar, plantear propuestas innovadoras, pero los que deciden son unos pocos