Aprendizaje por proyectos

Comenzaremos explicando la relación entre los proyectos y el aprendizaje para la vida, ofreciendo un marco teórico sobre la capacidad de aprendizaje y la autonomía como fines de la educación. Después nos centraremos en una perspectiva práctica, incluyendo recursos para elaborar proyectos.

EC | Madrid | Octubre 2012

Apreder a aprender
La educación no es algo cerrado, definitivo, con un principio y un final. Es un camino siempre por hacer, que no termina nunca. Por eso, el objetivo de la etapa escolar es sentar unas bases, dotar de unas herramientas aplicables en todo momento. El aprendizaje debe ser significativo y potenciar la autonomía. Es decir, debe anclarse en la vida real, servir para algo. Si los estudiantes no perciben la utilidad de lo que se les está enseñando, pierden rápidamente el interés. Se ha de organizar el ambiente de las clases, las experiencias de enseñanza, los recursos, procedimientos y condiciones prácticas, de forma que los alumnos no sólo tengan ocasión de satisfacer sus necesidades educativas, sino también la motivación necesaria. Los alumnos se motivan si son conscientes de la utilidad de lo que aprenden, porque entonces llegan a interiorizarlo y a interesarse por aprender por sí mismos. Por eso los contenidos deben ser factibles, estar conectados con la realidad, ser aplicables en situaciones diferentes tanto dentro como fuera del aula. La educación debe ser un aprendizaje para la vida, que forme personas polivalentes, flexibles, abiertas a las innumerables posibilidades que ofrece la vida.

El filósofo John Dewey insiste en que la mejor forma de aprender es “haciendo”. Los niños tienen que convertirse en protagonistas de su propio aprendizaje y para ello nada mejor que ofrecerles experiencias que les ayuden a comprender el mundo que les rodea. La misión de la enseñanza no es llenar las cabezas de contenidos, sino contribuir a que el alumno adquiera un conocimiento global del mundo.

De esto trata la educación por proyectos. Este enfoque transforma el papel del estudiante y del docente. El primero se convierte en protagonista de su propio aprendizaje, y este último ha de emplear sus conocimientos didácticos para algo más que para transmitir un conjunto de contenidos. Debe servir de guía a sus alumnos, acompañarlos y orientarlos en el camino de la enseñanza. No disminuye la responsabilidad docente, pero se supera esa visión del profesor como “enemigo”, “perro guardián”, mero evaluador… Alumnos y profesores pasan a formar parte del mismo bando: el del conocimiento, en el que no sólo aprenden los alumnos, sino que los profesores tampoco dejan de hacerlo.

En la última reforma educativa, la LOE, se recomienda hacer más práctico y funcional el currículo, siguiendo las orientaciones de la UE. Sin embargo, no se alude directamente a la pedagogía por proyectos. De momento, el trabajo de aula por proyectos no deja de ser una iniciativa individual, bien de profesores o de centros concretos. Lo mismo ocurre en otros países, como por ejemplo en los colegios High Tech High de San Diego, de los que hablamos en un breve.

Recursos Pedagógicos
Proyectar es “idear, trazar, disponer o proponer el plan y los medios para la ejecución de una cosa”, y el proyecto es tener la idea o intención de hacer algo y cómo hacerlo. Proyectar es ser capaz de realizar algo, alude a la capacidad de crear. Consiste en escoger una meta y movilizar todo nuestro potencial para su consecución. El proyecto nos proporciona un objetivo claro, una meta a la que llegar. Pero para alcanzarla, probablemente topemos con dificultades. Así se aprende a manejar la frustración y a soportar el esfuerzo. Hay que ir resolviendo contratiempos, cometer fallos y superarlos, aprender a ver los errores como oportunidades para mejorar. Aprendemos mientras hacemos, reflexionamos sobre lo que hacemos y vamos dando respuestas a todas las cuestiones que nos surgen y no habíamos previsto. No es lo mismo decir a unos niños de preescolar: “ahora, haced un dibujo”, que pedirles que escojan qué es lo que quieren pintar, porque de ese modo concretan su atención, saben que tienen un objetivo determinado y pueden valorar ellos mismos si lo han conseguido o no.

Ideal de las actividades del aula:

  • que sean vitales, necesarias
  • útiles
  • atractivas
  • accesibles
  • experimentadas
  • acompañadas
  • que gusten
  • reflexionadas
  • reconocidas
  • con repercusión social
  • que utilicen recursos disponibles

A la hora de planear un proyecto, el profesor debería preguntarse ¿qué considero lo más importante que deben conocer los estudiantes a final de curso? Esto da lugar a unos objetivos generales que luego se van concretando en diferentes proyectos sobre temas determinados. Los proyectos pueden ser de una asignatura o interdisciplinares.
Hay que tener en cuenta que la realización de un proyecto es un medio para educar, no un fin en sí mismo. El resultado es importante, pero el proceso importa tanto o más. Para que un proyecto cumpla al máximo todas las dimensiones de formación que puede cubrir, debe estar enmarcado en el contexto de una pedagogía de la relación, del grupo y de la tarea. Las posibilidades de realización de proyectos son ilimitadas. Cada situación, grupo y entono, se prestan a distintos tipos de proyecto.
“Como hemos dicho, proyectar es concebir una idea que hacemos realidad y cuya consecución precisa de otras tareas de diversa dificultad y especificidad. Esta característica nos permite adaptar las actividades a la diversidad del aula, al mismo tiempo que todos participan en una empresa común” (Miguel Ángel Jiménez, Proyectos para educar, pg. 21).
El proyecto tiene que tener una dificultad suficiente como para suponer un reto -si resulta demasiado fácil no será motivador-, pero no tanto que sea inalcanzable.
Las posibilidades y opciones didácticas que ofrecen los proyectos son infinitas, no obstante, existen algunos elementos básicos que deberían tenerse en cuenta para su realización. La pedagogía por proyectos estimula la interacción de los alumnos con el mundo físico y el social, situándolos en contextos de la vida real para resolver problemas.
Los proyectos suponen planificación, puesta en práctica y evaluación, y promueven cuatro tipos de objetivos de aprendizaje:

  • conocimientos: datos, conceptos, ideas, vocabulario
  • destrezas: leer, contar
  • disposiciones o hábitos mentales
  • sentimientos

(Katz y Chard, 1989, citados en Proyecto Spectrum, tomo 1, pg. 51)

Factores a tener en cuenta para sacar adelante proyectos:

  • objetivos
  • orden de prioridades
  • gestión del tiempo
  • distribución de los espacios.

“Un proyecto es un lugar al que queremos ir, pero también es el camino que hay que recorrer para llegar a él”. Miguel Ángel Jiménez, Proyectos para educar, pg. 10.

Fases de un proyecto:

  • pensar qué queremos hacer
  • ponerlo por escrito: dossier del proyecto
  • defender el dossier del proyecto
  • realizar el proyecto
  • evaluarlo
Fuentes
Competencia para aprender a aprender. Elena Martín y Amparo Moreno. Alianza Editorial, Madrid 2007.
Proyectos para educar. Propuestas para dentro y fuera de la escuela. Miguel Ángel Jiménez. SM, Madrid 2004.
Una experiencia a compartir. Las Inteligencias Múltiples en el Colegio Montserrat. Montserrat Del Pozo Roselló. Col.legi Montserrat, Barcelona 2005
Inteligencias múltiples en acción Montserrat del Pozo. Cecilia Cortacáns y Almudena Meroño (colaboradoras). Col.legi Montserrat, Barcelona 2011
El Proyecto Spectrum. Tomo I: Construir sobre las capacidades infantiles. H. Gardner, D. H. Feldman y M. Krechevsky (Comps.). Ediciones Morata, 2000.

Experiencias docentes

Nos gusta ir más allá de la teoría y aplicar en la práctica todo lo que vamos aprendiendo. Por eso hemos seleccionado una serie de prácticas pedagógicas por proyectos. Éstas pueden tener miles de formas: existen centros que elaboran festivales de títeres, cuentacuentos, organizar un museo, revistas… Pero como lo que más nos interesa son las ciencias y las matemáticas, vamos a centrarnos en proyectos de esta índole.

EC | Madrid | Octubre 2012

Experiencias docentes

El Colegio Montserrat, bajo la dirección de Montserrat del Pozo, es ya un viejo amigo que destaca por trabajar todos sus contenidos por  proyectos, desde Educación Infantil. En sus libros comparten sus métodos, por ejemplo, una gran variedad de fichas que sirven a los alumnos para planificar y concretar los proyectos que van a realizar. De esta manera, por un lado, se les da libertad para que elijan a qué se quieren dedicar, con lo que adquieren autonomía y responsabilidad. Además, al no imponerse los temas, pueden escoger lo que más les guste o interese, con lo que están más motivados y sienten el trabajo como algo suyo. Por otro lado, los proyectos no se dejan a la entera voluntad de los niños, sino que las fichas les van marcando las pautas que tienen que seguir para que los proyectos salgan bien. Así aprenden los pasos necesarios, van asumiendo una forma de trabajar estructurada, planificada, que resulta enormemente efectiva.

Hemos seleccionado 3 tipos de proyectos que destacan porque pueden emplearse para varios fines y niveles, y que pueden servir de inspiración a profesores de ciencias y de matemáticas.

En primer lugar, tenemos un diario matemático, que nos parece una idea excelente. Sirve para que los alumnos plasmen sus impresiones, los temas o ejercicios que les resulta más fáciles y difíciles… Con esto se consigue que los niños se acostumbren y familiaricen con la temida asignatura, que la sientan como algo cercano sobre lo que pueden opinar y reflexionar, para luego, con la ayuda del profesor, detectar y atajar sus puntos débiles. (Una experiencia a compartir. Montserrat Del Pozo Roselló. Pg. 87)
Se pueden realizar unos “formularios” para planificar experimentos, adaptados a Primaria y a Secundaria. En el primer caso se trata de proyectos a largo plazo (un trimestre o curso). Se debe hacer hincapié en la elección libre de tema, pero ayudando al alumno a concretar sus posibles intereses y los aspectos metodológicos ANTES de iniciar el proyecto, lo que permite que ellos mismos sean conscientes de qué tienen que hacer para evitar proyectos imposibles o demasiado abstractos. Combinan la autonomía del estudiante con un “principio de realidad”. Por ejemplo, rellenando en primer lugar una lista de “temas que me interesan”, meditando el tiempo que le pueden dedicar al proyecto cada semana, pensando sobre los materiales que más les gusta usar, si necesitarán ayuda… Al final del cuestionario, los alumnos deben escribir ya el tipo de proyecto que han elegido: un experimento, una maqueta, etc. (Ídem, pg. 88)

El siguiente modelo es apropiado para alumnos más mayores acostumbrados a esta forma de trabajar. Los pasos no están tan reglados; hay más libertad y menos orientación. Se inspira en el método científico, pues requiere una hipótesis y las variables que pueden intervenir. Las pautas son:

  1. Enumera todas las variables que tendrás que tener en cuenta en el experimento
  2. ¿Qué vas a comprobar? (variable independiente)
  3. ¿Qué es lo que cambiará como resultado de la variable independiente? (variable dependiente)
  4. ¿Qué crees que pasará en el experimento?

(Ídem, pg. 349)

Ni frio ni calor
Hasta ahora hemos visto esquemas que sirven para organizar los proyectos; es el momento de explicar uno de ellos más detenidamente. Hemos elegido un “proyecto de comprensión” de 6º de Primaria, que involucra varias asignaturas. Se pretende averiguar cómo está presente el calor en nuestras vidas y cómo determina y condiciona las diferentes formas de vida. (Ídem, pgs. 438 y siguientes)

Los objetivos pedagógicos son:

  • entender la diferencia entre calor y temperatura
  • conocer las diferentes maneras de propagarse el calor hasta llegar al equilibrio
  • entender los efectos que produce el calor en los cuerpos
  • medir la temperatura y expresarla en diferentes escalas
  • reflexionar sobre cómo reaccionan los seres vivos a los cambios de temperatura.

Justificación del proyecto:
“Hemos elegido un tema que pertenece al currículum de ciencias naturales y que está presente en la vida cotidiana de todos los seres vivos, determinándolos en muchos aspectos. Por otra parte, este es un tema muy atractivo para los alumnos, ya que les permite comprobar en el laboratorio y aprender experimentando muchos fenómenos de difícil comprensión”.

Se realizan varios tipos de actividades, en primer lugar, preliminares, en las que se muestran fotos sobre los efectos del calor para que los alumnos expliquen la relación entre calor y temperatura. Se valoran las ideas previas y las diferentes aportaciones de los alumnos.

Actividades de investigación guiada:

  • Comparar los incrementos de temperatura con un termómetro utilizando las variables: “mismo tiempo” y “diferente sustancia” (agua y aceite), y también con “mismo tiempo” y “diferente cantidad de sustancia” (agua)
  • Medir la temperatura corporal y calcular la media aritmética de todo el grupo
  • Recordar experiencias personales que clasifican los materiales de uso cotidiano en aislantes o conductores del calor
  • Realizar una obra de teatro cuyos personajes sean Celsius, Kelvin y Fahrenheit
  • Leer, subrayar y hacer esquemas de ciertos textos
  • Observar los efectos del calor sobre las sustancias en el laboratorio.

Proyecto final de síntesis:

  • Construcción de un esquema en el mural de la clase
  • Completar un termómetro gigante con las temperaturas más significativas para ellos
  • Construir un dominó de los conceptos estudiados y hacer una partida entre grupos
  • Elección de la actividad que más ha gustado y exponerla a los demás

Como vemos, este proyecto abarca la programación total de un tema, y lo desarrolla de manera transversal, completándolo con actividades propias de otras materias, como matemáticas o lengua. El proyecto se ha programado siguiendo un hilo conductor, metas de comprensión, distintas actividades (que permiten valorar las diferentes aportaciones de los alumnos, observar sus procesos de aprendizaje, compartir los resultados con el resto de compañeros, corregir los resultados…) y, por último, la evaluación. Esta no se reduce a una única prueba final, sino que consta de varias partes: oral, seguimiento semanal, cuestionario de valoración y rendimiento personal, y un control sobe el grado de consecución de los objetivos.

Esta variedad en las actividades y en los métodos de evaluación permite que cada alumno pueda lograr los objetivos empleando diferentes tipos de inteligencia, así como recibir la información y expresar lo aprendido por diferentes vías. Recordemos que en el Colegio Montserrat basan la enseñanza en las inteligencias múltiples de Gardner, y su prioridad es que todos los niños tengan la oportunidad de aprender y desarrollarse de acuerdo con sus capacidades.

Para llevar a cabo las distintas actividades se emplean diferentes espacios: las aulas, la sala de Inteligencias Múltiples (donde se realizan la mayoría de actividades y exposiciones finales), el laboratorio y la sala de ordenadores. Los materiales usados son: aceite, agua, velas, papel de seda, cartulinas, cinta adhesiva, pegamento, tijeras, CDs de música, vídeos, barras de estaño, cobre y bronce, globos, gomas elásticas, jeringuillas, recipientes de vidrio, botellas, fogón eléctrico, balanza, termómetros, plancha, reproductor de vídeo y de música.

Por último, a lo largo de todo el proyecto se va recogiendo documentación:

  • mediante fotografías del proceso,
  • realizando un vídeo de las exposiciones de los alumnos,
  • recogiendo los trabajos realizados.

La pedagogía por proyectos refleja un ideal de educación entendida como un proceso dinámico, abierto, flexible, particular, dirigido a personas concretas e individuales. La enseñanza para el aprendizaje es un recorrido apasionante que no acaba nunca.

Fuentes
– Proyectos para educar. Propuestas para dentro y fuera de la escuela. Miguel Ángel Jiménez. SM, Madrid 2004.
– Una experiencia a compartir. Las Inteligencias Múltiples en el Colegio Montserrat. Montserrat Del Pozo Roselló. Col.legi Montserrat, Barcelona 2005
– Imagen de portada: licencia creative commons: ing_jorge/flickr

Los premios San Viator

Los Premios San Viator fueron concebidos en este colegio madrileño con el fin de estimular el espíritu investigador y la creatividad entre sus estudiantes, pero poco a poco traspasaron las barreras del centro y se extendieron a toda la juventud española. Ya van por la XVIII edición. La Fundación Repsol contribuye con su patrocinio a fomentar estos valores.

EC | Madrid | Octubre 2012

Una de las mejores formas de aumentar el interés de los alumnos hacia las asignaturas es hacer reales los contenidos acercándolos a la vida cotidiana. Así los estudiantes tienen la oportunidad de comprobar que lo que se les enseña tiene una utilidad práctica, que sirve para algo. Sobre todo en el caso de las ciencias, es importante que los chicos, y la sociedad en general, dejen de verlas como algo elitista al alcance de unos pocos “cerebritos”. Y estos premios nos parecen una iniciativa que lo consigue. Además, el hecho de competir por un premio estimula aún más la creatividad; son varios los autores que han demostrado que una sana rivalidad o competencia es una de las claves de la innovación (Shenk, Glaeser).

Otra ventaja es que mejora la relación con los profesores, pues estos cobran un papel más allá de la simple docencia magistral. Los profesores implicados trabajan mano a mano con los alumnos y tienen la oportunidad de dar un sentido práctico y experimental a su labor. De hecho, hay premios para los tutores encargados de los proyectos. Sin olvidar la satisfacción que produce contribuir activamente a favorecer el interés por la ciencia y las humanidades, y promover el reconocimiento y respeto hacia la actividad científica e investigadora entre las comunidades educativas.

Los trabajos se pueden realizar en equipo o individualmente. Los requisitos son los propios de cualquier trabajo científico: han de ser inéditos y originales e incluir todas las referencias de materiales ajenos: bibliografía, fotografías, citas, etc.; se debe adjuntar una síntesis de la investigación que dé cuenta de los objetivos del trabajo, los métodos, el procedimiento y las conclusiones.

Existen 2 niveles y 2 áreas temáticas en función de los cuales se distribuyen los premios:

  • Nivel 1: corresponde a los cursos de Bachillerato, 4º de Secundaria y Ciclos Formativos de Grado Medio
  • Nivel 2: 1º, 2º y 3º de Secundaria
  • Área de Ciencias
  • Área de Humanidades

Se constituyen dos jurados diferentes para cada área, integrados por un alto número de profesionales, sobre todo docentes universitarios e investigadores.

Los elementos más valorados por el jurado tienen que ver con la creatividad, la documentación recogida, el interés del tema tratado, la metodología empleada, etc. El objetivo es que los participantes analicen y comprendan el tema escogido y utilicen enfoques, métodos y formas de expresión personales y creativos. Es una forma de convertir a los alumnos en protagonistas de su propia formación, puesto que son ellos quienes dirigen su proceso de aprendizaje. El tema es libre, aunque debe estar relacionado con los contenidos cursados por los alumnos.

En Energía Creadora nos interesan estos premios porque son un buen ejemplo de la pedagogía que nos gustaría inspirar. Todos los trabajos de investigación que participan, no son sino proyectos llevados a la práctica: elección del tema, planificación, objetivos, análisis de los resultados y conclusiones. Vamos a fijarnos en uno de los premiados el año pasado (2011).

El proyecto ganador del Nivel 2 de Ciencias fue un trabajo grupal: Radiactividad: ¿maravilla o pesadilla? (Pablo Mingote, Javier Isidro Gisbert y Gonzalo Flórez), que ilustra a la perfección los objetivos generales de los premios en los suyos propios:

  1. «Averiguar si lo que nosotros aprendemos es cierto
  2. Que sepamos entender la finalidad de la energía nuclear y el porqué es tan importante
  3. Aprender a presentar una monografía
  4. Aprender a trabajar en equipo»

Podemos apreciar que los jóvenes estudiantes han captado el espíritu de los premios y de la investigación en general: “La verdad es que lo que nosotros aprendemos de los libros no lo comprobamos y por tanto no lo creemos. Este trabajo tiene como fin comprobar si lo que hemos aprendido se corresponde con la realidad.”

Este es el resumen de su trabajo:
“A todo el mundo nos han hecho estudiar la radiactividad, los átomos, energía nuclear, fisión, fusión…, pero, ¿eso existe?, y si es así, ¿es peligrosa o perjudicial, o es buena y beneficiosa? Todo ese tipo de preguntas frecuentes que se nos pueden plantear, las hemos resuelto aquí, y con varios experimentos que demostrarán su existencia.”

Y la metodología empleada:
“Primero investigamos en internet para hallar información sobre la energía nuclear. Posteriormente realizamos una visita guiada al CSN, donde tuvimos ocasión de aprender y asimilar suficiente información para el trabajo, y por último procedimos a reproducir una cámara de Taylor (cámara de niebla); después tomamos datos de la radiación ambiental en distintos sitios y por último hemos medido las partículas irradiadas por el elemento Radio 226 a 4 cm. de distancia del medidor.
Con estos experimentos demostramos la existencia de la radiactividad, observando así el movimiento de partículas alfa y beta, y demostrando la presencia de la radiactividad en cualquier parte a partir de las medidas realizadas.”

La parte más importante del proyecto es, sin duda, la experimental.
Hemos disfrutado y hemos aprendido mucho de los experimentos realizados (los cuales consideramos muy importantes)”. Los alumnos recogen cada paso de los experimentos por medio de fotografías y numerosas explicaciones, estadísticas, vídeos, tablas comparativas, comentarios…

Otro detalle a destacar es la realización de un glosario de términos: “Para una mejor comprensión del trabajo las palabras subrayadas individualmente están definidas en un glosario al final del mismo.

“Una mención especial requiere el profesor que tanto nos ha acompañado, y aprobado, Don Ricardo Moreno, que nos incitó a realizar los experimentos. Gracias a él este trabajo es como es, como debe ser.”

Creemos que en el caso de este grupo de alumnos, la participación en los Premios San Viator ha cumplido plenamente sus objetivos, pues no sólo han dado amplias muestras de conocimientos científicos, sino que han aprendido a planear y realizar experimentos, a trabajar en equipo, a buscar información, a plasmar todo ello en una monografía, a valorar la ciencia y en especial a su profesor y, sobre todo, han descubierto su amor por la física:

“Por último, también hemos aprendido cosas que antes no conocíamos, lo cual nos ha ayudado, ya que la física es el campo que más nos apasiona.”

Desde EC, felicitamos a los ganadores y les auguramos una prometedora carrera en el mundo de las ciencias.

Fuentes
Información enviada por el Colegio San Viator (CD con los trabajos ganadores)

Ciencia adolescente

Las Conferencias TED son mundialmente conocidas por la variedad de temas tratados, su enorme difusión y el prestigio de sus ponentes. Las protagonistas de este vídeo, sin embargo, no son científicas famosas. De momento. Son las ganadoras de la Feria de Ciencias de Google y tienen entre 13 y 18 años.

Una a una y con gran soltura en el escenario, van explicando sus proyectos: cómo nacieron sus ideas, qué motivó sus experimentos, cómo formularon sus hipótesis, la planificación de los proyectos, la (complicada) búsqueda de ayuda y laboratorios donde trabajar, el desarrollo de las investigaciones y, por supuesto, los resultados.

Sin duda estas chicas han encontrado su pasión y, el mundo de la ciencia, unos relevos prometedores.

El pensamiento científico de los niños

La revista Science ha publicado un trabajo de la Universidad de Berkley (California), que afirma que los niños pequeños aprenden empleando un pensamiento muy similar al de los científicos: mediante estadística, hipótesis e inferencias causales.

Varios experimentos demuestran que niños menores de 2 años son capaces de inferir, mediante la observación, estados mentales subyacentes, como, por ejemplo, las preferencias de una persona.

Otro experimento constata que niños de 4 años extraen relaciones causales tras observar las acciones de otras personas y el resultado de esos actos. Después aplican esas conclusiones a su propia acción.

Es decir, que, para aprender, los niños analizan patrones estadísticos, hacen experimentos y asimilan conocimientos mediante la observación, todos ellos procesos inductivos como los de la ciencia.

Esta investigación refutaría la pedagogía de Piaget, según la cual el pensamiento infantil es ilógico, irracional y limitado. La aplicación de este descubrimiento sería muy beneficiosa a la hora de diseñar didácticas de la ciencia que aprovecharan esta curiosidad natural de los pequeños para fomentar el interés por las disciplinas científicas.

http://www.agenciasinc.es/Noticias/El-pensamiento-infantil-es-cientifico

http://www.sciencemag.org/content/337/6102/1623.abstract?sid=0874c8c3-7ead-4e17-8466-555248b3bbad