La figura del emprendedor

Luisa Alemany y Marcell Planellas, en el libro “Emprender es posible”, identificaron cuatro factores que condicionan la iniciativa emprendedora en España. Uno de los factores que consideraron clave para facilitar el impulso de la iniciativa emprendedora era el de  la cultura propia del país, es decir, sus creencias y valores.  La cultura que valora la figura del emprendedor fomenta el desarrollo y puesta en marcha de las ideas innovadoras.

 EC | Madrid | Abril 2013

Alan Axelrod se propuso examinar las decisiones más complejas de la historia, y la vida de los que tuvieron el coraje de tomarlas. Ante la pregunta ¿qué empuja a una persona a tomar una gran decisión, a actuar, a transgredir?, él decide buscar la respuesta en la vida de cuarenta y cuatro personajes célebres, cuyas iniciativas reflejan la personalidad emprendedora. En “Perfiles emprendedores”, estudia, entre otros ejemplos, los de Edison, Frank X. McNamara, y Bill Gates.

La invención de la bombilla eléctrica no fue el resultado de la idea luminosa de un genio, sino que formó parte de un proceso para resolver un problema que su inventor, Edison, había analizado muy cuidadosamente, el de la iluminación eléctrica, y su curiosidad y el interés que mostraba en la forma en que los demás trabajaban para resolverlo le ayudaron a conseguir su propósito.

Un día de 1878, Edison visitó el taller de William Wallace en Connecticut. Wallace era un inventor aficionado que había trabajado en el sistema de arco voltaico en compañía de un inventor eléctrico llamado Moses Farmer. No le pareció que hubiesen logrado un enfoque revolucionario de la lámpara eléctrica, pero le dejó intrigado el generador que habían diseñado para producir energía para las ocho lámparas colocadas en hilera y funcionando a la vez. Tal como le explicó a un periodista del New York Sun un mes después de su visita al taller de Wallace: “por primera vez vi que todo funcionaba. Lo tenía delante de mí. Me di cuenta de que aún no estaba muy avanzado, pero me quedaba una oportunidad. Vi que lo que se había hecho hasta la fecha no resultaba muy práctico. Esa luz tan intensa no se había subdividido, por tanto, no se podía llevar a los hogares”.

Edison identificó un problema que no había sido resuelto más que parcialmente, y decidió pasar a la acción: el generador que puede alimentar varias bombillas era un avance práctico; pero como las lámparas seguían siendo voltaicas, había margen para mejorar su rentabilidad. Además, hecho que él consideraba fundamental, la luz no se había subdividido, por tanto no se podía llevar a las casas. Al concentrarse en la parte en la que habían fracasado Wallace y Farmer, encontró el espacio para su invención. Para explotar la electricidad como producto al por menor, Edison se percató de que tenía que buscar la forma de explotar la luz de la misma manera: subdividiendo la luz de tal forma que pudiera venderse como producto al consumidor. Tras definir su tarea, se dirigió a su taller en Menlo Park para comenzar la laboriosa y tediosa labor de subdividir la luz; es decir, el proceso de inventar la bombilla eléctrica.

El origen de las tarjetas de crédito se remonta a principios del año 1900, pero ésta se detuvo con la Gran Depresión de 1929. En el ambiente de consumo emergente de los años 50 en EEUU surgió Frank X. McNamara, director de la Hamilton Credit Corporation, una pequeña empresa de préstamos de Nueva York. Una tarde de 1959, McNamara llevó a cenar a dos socios a uno de los restaurantes más famosos de Manhattan. Su intención era hablar con ellos de un problema que tenía con un cliente. El problema consistía en que se le había prestado más dinero al cliente del que podía pagar. Lo peculiar del asunto era que el cliente había estado subarrendando el préstamo. Un gran número de sus vecinos eran demasiado pobres para poder disponer de tarjetas de crédito para las gasolineras y para los grandes almacenes. El cliente empezó a prestarles con cierta regularidad sus diversas tarjetas de crédito exigiéndoles que le devolvieran el dinero con un modesto interés por las compras que habían adquirido. Era un mal uso de las tarjetas, porque la mayoría no eran solventes. En consecuencia, tuvo que pedirle dinero a la Hamilton Credit para cumplir con sus obligaciones, pero no tardó mucho en no poder pagar tampoco.

McNamara deseaba compartir esa historia y buscaba consejo. Al final de la cena, comprobó que no llevaba la cartera, y no podía pagar. Eso le avergonzó mucho, pero también le dio que pensar. McNamara decidió que el plan del cliente, en el fondo, tenía su sentido, aunque la falta de dinero le impedía llevarlo a cabo. Tampoco era muy práctico ir dejando a los demás sus tarjetas de crédito. McNamara llegó a la conclusión de que, en lugar de dejar un puñado de tarjetas de distintos establecimientos a un puñado de clientes, ¿por qué no desarrollar una única tarjeta que se pudiera utilizar en una gran variedad de lugares y poner dicha tarjeta a disposición de un gran número de personas?

Quizá porque la idea surgió de un incidente en un restaurante es por lo que decidió que los restaurantes serían el mejor grupo empresarial con el que podía contar. McNamara y sus socios convencieron a algunos restaurantes neoyorquinos para que sirvieran comidas a crédito a los miembros de lo que ellos denominaron “Diners Club”. Su decisión creó no sólo una industria internacional a gran escala, sino que rehízo el universo económico. “El plástico” animó el consumo, provocando profundos cambios económicos y sociales.

La importancia de Bill Gates en el desarrollo del ordenador personal o PC es innegable. Gates estuvo en el lugar oportuno en el momento de la evolución de la información y de la tecnología empleada para su procesamiento,  y las decisiones que tomó le convirtieron en figura clave de nuestra Era tecnológica.

Gates, programador informático, que había adaptado el BASIC (un importante lenguaje para microordenadores), fundó con Paul Allen en los años 70 la empresa Microsoft, con el fin de desarrollar un software para la emergente industria informática. Microsoft se convirtió rápidamente en una pequeña pero exitosa empresa, en parte porque Gates tomó una decisión clave, relacionada con la identidad de sus principales clientes: decidió comercializar sus productos no sirviendo a los consumidores individuales, sino poniéndolos a disposición de los emergentes fabricantes de microordenadores.

En 1980, IBM le pidió a Microsoft que desarrollase el software para el microordenador que pretendían diseñar y fabricar. Si IBM fabricaba un microordenador, Gates sabía que ya no habría vuelta atrás: todas las oficinas y hogares lo tendrían. Pero se dio cuenta de que muy pronto aparecerían muchas empresas capaces de suministrar una amplia variedad de software a IBM y a otros fabricantes de hardware. Había, sin embargo, una pieza esencial del software de IBM que todo el mundo necesitaría, sin importar lo que ellos incluyeran en el equipo: el sistema operativo, es decir, el programa o conjunto de programas que realizan funciones básicas y permiten el desarrollo de otros programas. Bill Gates había comprendido lo importante que resultaba vender un sistema operativo a IBM, pero lo entendía principalmente como una forma de poner en marcha el PC de IBM, garantizando, de esa forma, el futuro de la industria microinformática y el de su mercado de programas, y sobre todo el de su lenguaje de programación. El sistema operativo era sumamente importante, la clave para dominar la industria del software de microinformática. En lugar de subirse al que por aquel entonces era el sistema operativo industrialmente estándar, el CP/M, optaron por la expansión del DOS. La amplia adopción del MS-DOS lo convertía en un estándar que hacía que un PC fuera un PC, tanto si estaba fabricado por IBM como por otra empresa. Gates se dio cuenta de la enorme fuerza que suponía crear productos estándar. La decisión de Bill Gates de poseer una tecnología propia que él mismo se había encargado de convertir en indispensable, supuso una revolución.

 

Fuentes
– Axelrod, Alan. Perfiles emprendedores. Grandes decisiones de la historia y cómo se llevaron a cabo. Edebé, Barcelona, 2010.
– Alemany, Luisa, y Planellas, Marcel. Emprender es posible. Centro Libros PAPF S.L.U (Grupo Planeta), Barcelona, 2011.
– Imagen artículo: Creative Commons. Fotero
– Imagen portada: Creative Commons. Karen Serrano

¿Decide la técnica nuestro modo de vida?

A estas alturas resulta imposible concebir una vida sin tecnología. Las aplicaciones técnicas han ido proliferando desde nuestros más lejanos orígenes para facilitarnos las condiciones de vida. En la actualidad esta proliferación alcanza cotas abrumadoras. Por eso, la pregunta sobre la influencia que la técnica ejerce sobre nosotros nos parece extremadamente oportuna.

EC | Madrid | Diciembre 2012

La cuestión es ¿los aparatos que se inventan, son neutros e inocuos? Es decir, ¿sus resultados y efectos dependen del uso que se les dé? O, por el contrario, ¿pueden darse casos en que cierto efecto –no estrictamente técnico- esté previsto de antemano? Si pensamos en la carrera armamentística, la industria de la guerra, etc. vemos claro este último caso. Los sistemas técnicos se encuentran profundamente entretejidos con las condiciones de la política moderna. Pero hay muchos otros ejemplos en que dicha perspectiva es mucho más sutil, y se debe rastrear la historia y las condiciones de aparición de esos elementos técnicos.
Langdon Winner es profesor de Humanidades y Ciencias Sociales en el Rensselaer Polytechnic Institute, Nueva York. Especialista en filosofía de la tecnología, a principios de los años 80 lanzó al mundo una provocativa pregunta: ¿hacen política los artefactos? Todos sabemos que los entes políticos son las personas, no las cosas. Pretender que estas pueden tener alguna implicación política o social intencionada puede parecer descabellado. Solemos pensar que las tecnologías son meras herramientas neutrales que pueden utilizarse para algo bueno o algo malo (un cuchillo se usa, generalmente, para cortar un filete, pero puede ser un arma). Ese uso depende exclusivamente de la persona, no del instrumento en sí. Pero no nos paramos a pensar si un determinado invento pudo haber sido diseñado y construido de forma que produjera una serie de consecuencias lógica y temporalmente previas a sus usos corrientes.

Más importante que la tecnología misma, lo es el sistema social o económico en el que se encarna.

La teoría de las políticas tecnológicas se ocupa del estudio de los sistemas sociotécnicos a gran escala, de la respuesta de las sociedades modernas a ciertos imperativos tecnológicos y, en definitiva, de la adaptación de los fines humanos a los medios técnicos. Con ello ofrece un nuevo conjunto de explicaciones e interpretaciones sobre el crecimiento de la cultura material moderna, tomando más en serio que otras concepciones los artefactos técnicos. Esta perspectiva identifica ciertas tecnologías como fenómenos políticos por sí mismas. Nos conduce, en palabras de Husserl, “a las cosas en sí mismas”.

Langdon Winner, en el citado artículo ¿Tienen política los artefactos? (Do Artifacts Have Politics?), publicado en 1983 en The Social Shaping of Technology (D. MacKenzie y otros, Philadelphia: Open University Press, 1985), ilustra estas teorías con unos interesantes ejemplos.

Destaca el caso del controvertido arquitecto Robert Moses, que Winner toma del biógrafo Robert Caro. Moses fue el más importante urbanista de Nueva York entre las décadas de 1920 y 1970, por lo tanto, responsable de gran parte de lo que esta ciudad es en la actualidad. Una de sus principales construcciones fueron una serie de puentes y pasos elevados. Llama la atención que los doscientos pasos elevados de Long Island son extraordinariamente bajos en comparación con estructuras similares en otros lugares estadounidenses. Según Caro, esto responde al hecho de que Moses no quería que las clases bajas y las minorías de color accedieran a dicha zona, pensada para el ocio y disfrute de los acomodados, en especial a Jones Beach, el parque “público” del que Moses se sentía más orgulloso. En aquella época, sólo los pudientes disponían de automóvil, cuya escasa altura permitía circular sin problemas por los puentes de Moses. Pero los pobres viajaban en transporte público, y los autobuses no cabían por esos puentes. Esta pretensión de restringir el acceso a la gente sin recursos, quedó ratificada cuando el arquitecto (que gozaba de gran influencia política), vetó una propuesta de ampliar el ferrocarril desde Long Island a Jones Beach.

Robert Moses no podía impedir públicamente el acceso de los desfavorecidos a esos lugares, sin embargo, consiguió lo que quería por medio de la técnica. De un modo silencioso, sus construcciones dan amparo al racismo y a la exclusión, y lo siguen haciendo años después de su muerte. Esta forma de discriminación es mucho más eficaz y duradera que una ley o prohibición, pues estas pueden ser revisadas y abolidas. Además, al no tratarse de algo dicho de manera explícita, no se repara tanto en ello. Simplemente, es una parte más del paisaje.

En este sentido, Moses ha sido comparado con el barón Haussmann, otra importante pieza de la historia de la arquitectura que viene a ilustrar cómo esta disciplina puede ponerse al servicio de ideologías políticas. El barón Haussmann fue el encargado de diseñar las amplias avenidas parisinas durante el mandato de Luis Napoleón,  con el fin de evitar cualquier posibilidad de desórdenes callejeros como los que habían tenido lugar durante las revoluciones de 1848. En entramados de callejuelas pequeñas y laberínticas, una muchedumbre tiene la posibilidad de huir y dispersarse, lo que es mucho más difícil, y facilita el trabajo de los guardias, si los espacios son diáfanos.

Otro caso en que los planes técnicos preceden al uso de los instrumentos en cuestión, lo encontramos en la historia de la mecanización industrial del siglo XIX. Hacia 1885 se instalaron, en una fábrica de segadoras de Chicago, unas modernas y caras máquinas de forja, cuya eficacia estaba aún por probar. Es de suponer que las nuevas tecnologías se introducen con el fin de lograr una eficacia cada vez mayor, sin embargo, los nuevos artefactos producían resultados de peor calidad a costes más altos que los antiguos procesos. Pero el dueño de la fábrica, en ese momento, se hallaba envuelto en una lucha contra el sindicato nacional de forjadores, y vio en las máquinas la posibilidad de sustituir a los trabajadores que lo conformaban por obreros sin especialización que manejaban las máquinas. Al cabo de tres años, las forjadoras automáticas se eliminaron, pues ya habían cumplido su cometido: acabar con el sindicato.

No obstante, no siempre se trata de conspiraciones premeditadas y malintencionadas. Hay, por ejemplo, gran cantidad de instrumentos y estructuras de uso común (transporte, edificios, aparatos…) que dificultan o imposibilitan su uso a las personas minusválidas, lo que hace que queden prácticamente excluidos de la vida pública. Pero esto se debe a negligencias por parte de los fabricantes, no a una maldad intrínseca, y de hecho, cada vez se lucha más por la accesibilidad para todos y se ha avanzado bastante en este sentido.

En otros casos, es el conjunto de la sociedad el que se adueña de una determinada tecnología y comienza a darle un uso diferente, adaptado a sus propias necesidades que, quizá, no fueran exactamente las mismas para las que esa tecnología fue diseñada. Es el caso de los SMS, que en un principio eran un medio para que los operadores de red enviaran información sobre el servicio a los abonados, sin que éstos pudieran responder ni enviar mensajes a otros clientes. Ha acabado por convertirse en una amplísima forma de comunicación, e incluso se puede considerar un elemento democratizador al haber contribuido a ciertas protestas sociales.

El mejor ejemplo lo encontramos, sin duda, en Internet, que está pasando de su versión 2.0, en la que todo el mundo tenía acceso al conocimiento, pero lo recibía de forma pasiva, a la nueva red 3.0, una plataforma colaborativa, en la que el conocimiento lo construimos entre todos. Las claves, por tanto, son la participación, el intercambio, compartir, la colaboración… y donde todos podemos ser agentes activos.

Fuentes
La ballena y el reactor. Capítulo 2 ¿Tienen política los artefactos? Langdon Winner. Gedisa. Barcelona, 2008.
– Wikipedia. Langdon Winner

El fenómeno Wiki

¿De dónde sale y qué significa? La palabra «wiki» se ha instalado cómodamente en nuestro vocabulario. Vamos a investigar en qué consiste, por qué está tan de moda y cómo puede aplicarse a la educación. Para ello, nos fijaremos en su mayor exponente: la Wikipedia.

EC | Madrid | Junio 2012

“Wiki” es un término hawaiano que significa “rápido”. El propio sonido de la palabra transmite esa sensación de rapidez, dinamismo y sencillez: las principales características de esta herramienta tecnológica que ha revolucionado la sociedad de la información. Wiki es sinónimo de colaboración, es el vehículo de la Inteligencia Colectiva.

Colaboración que se produce de manera inmediata y con un procedimiento muy sencillo, al alcance de prácticamente todos. Una wiki es un “espacio abierto” donde varios usuarios pueden crear y editar contenidos, facilitando la participación y el acceso al trabajo compartido en tiempo real. Un sistema de gestión en que puede intervenir cualquier internauta. Por eso potencia la Inteligencia Colectiva.

“Wikizaje”

Las wikis se han convertido en un elemento clave de la educación. Son un magnífico instrumento de aprendizaje. Su valor no reside en su uso en sí; no se trata de hacer con un ordenador tareas que antes se hacían en el cuaderno, sino que gracias a las wikis, el alumno puede:

La primera wiki nació en 1995, como una base de datos. Para conocer detalles sobre su origen y los entresijos de su funcionamiento, podemos consultar el siguiente enlace, que en 12 pantallazos expone la historia de esta herramienta:

ir a Wikilearning

  • leer, pensar y reflexionar
  • escribir
  • interactuar con el trabajo de los demás
  • investigar, buscar y contrastar información
  • desarrollar el pensamiento crítico
  • compartir
  • dar a conocer su trabajo, no sólo en el entorno académico, sino a su familia e incluso a alguien de la otra punta del mundo.

El Instituto de Tecnologías Educativas del Ministerio de Educación, creó en 2009 una wiki destinada a reunir y generar documentación en español sobre el uso de las wikis en el ámbito educativo. Se llama Eduwikis en el Aula 2.0

Para participar en ella ampliando o mejorando contenidos, sólo hay que registrarse, respetar unas sencillas normas y mantener la coherencia con el resto de artículos (a tal fin han editado una Guía de Estilo). Los contenidos se organizan en categorías para agilizar la búsqueda: tutoriales de uso, experiencias de centros, estrategias didácticas, servidores, modelos pedagógicos…

Existen varios tipos de wikis educativas en función de sus aplicaciones. En el siguiente enlace podemos encontrar un mapa conceptual con su clasificación y explicaciones:

Tipos de wikis educativos según sus funciones

El sueño Wikipedia

En 2001, Jimmy Wales y Larry Singer estaban dado forma a un proyecto de enciclopedia online llamado Nupedia. Pero avanzaban muy despacio, por lo que Singer (aunque existe controversia al respecto) propuso transformarla en una wiki, a fin de que cualquiera pudiera modificar su contenido y así aumentar la velocidad de desarrollo de los artículos. Un año después, los fundadores se separaron, el proyecto quedó en manos de Wales y pasó a llamarse Wikipedia.

Su objetivo es ambicioso:

“Distribuir gratuitamente la totalidad del saber mundial
a cada persona del planeta en el idioma que ésta elija,
bajo una licencia libre que permite modificarlo,
adaptarlo, reutilizarlo y redistribuirlo libremente.”

Jimmy Wales

El mayor mérito de Wikipedia es haber suscitado entre internautas de todo el mundo el deseo de compartir su conocimiento. Su calidad es fruto del trabajo colectivo.

Actualmente, Wikipedia depende de la Fundación Wikimedia. Cuenta con más de 17 millones de artículos en más de 250 idiomas, que son consultados por 400 millones de personas cada mes. Es el quinto sitio más visitado de toda la Red y la enciclopedia con mayor número de artículos de la historia. El contenido textual está bajo las licencias GNU y Creative Commons.

Wikipedia en español es el 9º sitio más visitado de nuestro país. Tiene 1.822.010 de usuarios registrados y más de 3 millones de páginas. Se crean más de 300 artículos al día. Recibe 31 millones de visitas diarias, siendo la cuarta Wikipedia más visitada del mundo. En este momento contamos con más de 871.116 artículos. El 22 de marzo de 2011, superó a la versión japonesa.

La revista Nature publicó en 2005 un artículo, ya clásico y no exento de polémica, comparando la fiabilidad de Wikipedia con la prestigiosa Enciclopedia Britannica. Se estudiaron 42 temas, de los cuales se señalaron 123 errores u omisiones por parte de Britannica y 162 de Wikipedia. A simple vista, el estudio dejaba en bastante buen lugar a la enciclopedia online, puesto que el margen de error no era muy dispar entre ambas. No obstante, Britannica no se mostró conforme con el modo de proceder de la revista. La mayoría de artículos elegidos eran sobre ciencias exactas y naturales; asuntos poco conflictivos. Los contenidos referentes a política, historia o humanidades, en cambio, suelen generar controversia y ser más discutidos en Wikipedia. Por lo que Britannica podría resultar más segura en esos campos. Otra denuncia consistió en que algunos artículos habían sido manipulados por Nature, bien recortando contenidos o uniendo dos para crear uno. Desde Wikipedia no hubo este tipo de quejas y, de hecho, el artículo se esgrime como muestra de su buen hacer.

La fama de Wikipedia está salpicada de críticas. Frente al texto inmutable de las enciclopedias de papel, Wikipedia ofrece un contenido modulable y adaptable, pero en el que basta el fugaz paso de un internauta con malas intenciones para desviarla de su ideal.

Según sus detractores, su principal característica se convierte en su mayor punto débil. Todo el mundo puede decir lo que le plazca; no hay autoridad ni jerarquía.

Al ir aumentando el éxito de Wikipedia, lo que en su día constituyó su mayor fuerza se ha convertido en fuente de sus flaquezas. Atrae a vándalos de toda ralea, desde graciosillos hasta fanáticos y manipuladores, culpables de la mala reputación de Wikipedia. Para hacerles frente, la enciclopedia encargó desde el principio su mantenimiento a quienes mejor la conocían: los contribuidores. Existe una especie de patrulla de las modificaciones, atenta al menor cambio. Veamos cómo funciona:

Cuando un internauta interviene en una ficha, esta aparece en una lista de las últimas fichas modificadas. Los wikipedistas online, pueden meterse rápidamente en ella y verificar lo que se ha modificado. Entonces, pueden darse 3 casos:

Si la corrección se estima justificada, se deja. Si está mal o es una broma, se restablece el contenido anterior. La tercera probabilidad es que conduzca a un debate. Los internautas opinan sobre la pertinencia del cambio. Para evitar que los debates se prolonguen indefinidamente, se constituyó un comité de arbitraje, compuesto por miembros electos que se renueva cada 6 meses. Algunas fichas especialmente delicadas, como la de Adolf Hitler, están semiprotegidas y sólo pueden modificarlas usuarios con un mínimo de 4 días de pertenencia. Existe otro procedimiento en virtud del cual los cambios que se realicen en las entradas deben ser validados por editores de confianza, que serán aquellos que hayan propuesto al menos 30 modificaciones válidas en 30 días.

Por otra parte, están los bibliotecarios. No son usuarios como los demás: tienen acceso a funciones adicionales. Pueden suprimir artículos o bloquear a usuarios vandálicos. En la versión española hay 142. Un usuario se convierte en bibliotecario si una amplia mayoría de la comunidad (en torno al 80%), se pronuncia a su favor. Se trata de una tarea noble, desinteresada, pero que exige responsabilidad, dedicación y una sólida motivación.

Cabe preguntarse si la calidad de los artículos podrá seguir el ritmo de crecimiento de su desenfrenada producción numérica. Consciente de este problema, Wikipedia ha creado una marca de calidad para los artículos que cumplan los criterios de claridad, neutralidad y referencia a las fuentes que exige la enciclopedia. En este momento, contamos en la edición española con 1004 artículos destacados.

Para los defensores de Wikipedia, es extraordinario cómo se autoorganiza para luchar contra los vándalos. Otra importante ventaja en relación con sus competidoras en papel es la reactividad inmediata a la actualidad. El conocimiento se construye minuto a minuto, en todos los rincones del mundo.

Wikipedia es pedagógica como resultado de sus propias imperfecciones, que permiten formar a los estudiantes en la utilización crítica de las fuentes.

Volviendo a la educación, y para terminar, observamos opiniones encontradas sobre el recurso a Wikipedia. Sin llegar a prohibirla como herramienta de consulta, como han hecho algunas universidades norteamericanas, tampoco podemos afirmar que sea la panacea pedagógica. Es decir, la enciclopedia online no puede ser el único material al que acudan los estudiantes para hacer los trabajos. Pero sí es un excelente medio para aguzar el espíritu crítico y aprender a cruzar las fuentes. Además, la comunidad obliga a escribir de manera clara y precisa, a respetar la neutralidad y a justificar las informaciones que divulga con referencias exactas. Contribuir a Wikipedia podría llegar a ser un ejercicio habitual en las aulas.

Existe, incluso, una Wikiversidad gratuita en la que cualquiera puede participar, ya sea editando y compartiendo contenidos o usándolos para estudiar y formarse. Abarca prácticamente todas las ramas del saber e incluye desde la educación Primaria a la formación preuniversitaria.

Enlaces de interés
Wikilearning
Eduwikis en el Aula 2.0
Tipos de wikis educativos según sus funciones
Wikiversidad

 

Fuentes
La revolución Wikipedia, Pierre Gourdain et al. Alianza Editorial Madrid 2008.
Noticia en Wikinews
Fundación Wikimedia

Héroes ocultos: genialidades de la vida cotidiana

Los usamos a diario y son tan comunes que casi nunca nos paramos a pensar que alguien los inventó: el lápiz, la pinza, el plástico de burbujas o el cartón de huevos son ejemplos de invenciones que comenzaron a formar parte de nuestra vida en algún momento y, casi sin darnos cuenta, se han quedado para siempre.

Entre agosto y septiembre del pasado año, la compañía de multipackaging Hi-Cone en colaboración con el Vitra Design Museum inauguraron la exposición llamada “Heroés ocultos: Genialidades de la Vida Cotidiana” con la intención de dar a conocer las historias detrás de aquellos objetos cotidianos cuya invención se basó en “una idea ingeniosa pero fácil de comprender”. La idea era incluir en esta muestra objetos que tenían que “haberse producido mil millones de veces”,  y constituir un “elemento indispensable de la vida diaria.” Objetos que tenían que “haber demostrado su valía en repetidas ocasiones y haber mantenido su esencia inalterable durante décadas.”

Independientemente de en qué museo pueda encontrarse la exposición itinerante, sus creadores quisieron acompañarla de una exhibición virtual, que existieran como “proyectos independientes que, por otro lado, se complementaran perfectamente.” En la exposición virtual, www.hidden-heroes.net, desde la que se tiene acceso a multitud de información, imágenes y elementos interactivos organizados según nuestro propio interés, se nos anima a participar añadiendo algún objeto que creamos que merezca unirse a la exposición o incluyendo información sobre alguno de los héroes presentados.