Entrevista a Pedro Miguel Echenique

Pedro Miguel Echenique es Catedrático en Física de Materia Condensada en la Universidad del País Vasco. Ha sido profesor en el Cavendish Laboratory de Cambridge y en la Universidad de Barcelona. Recibió el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1998. Es, además, Doctorado en Filosofía, en Ciencias por la Universidad de Cambridge y en Ciencias Físicas por la Autónoma de Barcelona. Fue Consejero de Educación del Gobierno Vasco entre 1980 y 1983, y posteriormente de Educación y Cultura (1983-1984). Actualmente preside el Donostia International Physics Center y es miembro destacado de muchas otras sociedades científicas. 

EC | Madrid | Septiembre 2012

Fotografía: Lamia

Pregunta. Ha conocido a muchos científicos… ¿Qué cree que les lleva a dedicar su vida a un trabajo que con frecuencia es ingrato y duro? Sin duda, el afán de conocer, pero ¿hay algo más? Investigar por investigar, sentirse estupendo, competir con los otros, tener un cierto poder, una mentalidad de alpinista teórico,…
Respuesta. En la pregunta se menciona, correctamente, a científicos. Es importante, pues no existe “el científico». Hay científicos, todos ellos muy diferentes, con distintos enfoques, habilidades afectos y motivaciones. El peso relativo de los diversos factores cambia a lo largo de la vida y no de una forma lineal, fácilmente predecible. Sí que creo, como Hardy, que, en general, los científicos poseen, en primer lugar, curiosidad intelectual, deseo de entender el entorno natural y a nosotros mismos. En segundo lugar, un orgullo profesional, el sentirse estupendo, como dice usted, por hacer las cosas bien, dominio de los aspectos técnicos de tu profesión. Esto es algo compartido con muchas profesiones, con artesanos por ejemplo, con deportistas, etc.
En tercer lugar, una variedad de motivos, deseo de poder, de superarse a sí mismo. La frase de Hillary al contestar a la pregunta de por qué hay que subir al Everest, “porque está ahí”, es acertada. La vanidad. Alimentar el ego. Finalmente, hay un aspecto que me gustaría resaltar y que con el tiempo aprecio más. Es el aspecto creativo de nuestro trabajo, y también las libertades de todo tipo que acarrea esto. El poder aportar algo nuevo es como una droga: engancha. Cualquiera que haya visto el primero  la solución a un problema, por pequeño que sea, y casi todos contribuimos de una forma muy pequeña, queda enganchado. Es el momento del descubrimiento. Siempre he pensado qué momento mágico debió ser cuando Crick y Watson ven la estructura de doble hélice del ADN y entienden que ello encierra el modo con que una generación transmite sus características a las siguientes: el “secreto de la vida”.

P. ¿Cuáles cree que son las principales “virtudes científicas”?
R. La creatividad y la tenacidad, junto a un optimismo racional, creer que los problemas tienen solución y que pensando continuamente sobre ello, se encontrará.

P. Cuando decidió dedicase a la ciencia, ¿hubo algún hecho, libro o persona que le influyera especialmente?
R. Siempre me gustó lo fácil que eran los exámenes de ciencias si se entendían los conceptos y cuanto más duras, aunque no menos atractivas, eran las letras pues necesitaban más tiempo para almacenar los conocimientos que luego usaba para entender. Tuve grandes profesores de Bachillerato en Ciencias y ellos fueron decisivos. Pero también los tuve en letras. A diferencia de muchos de mis estudiantes, ahora brillantes científicos, yo no tuve ninguna influencia de la televisión, revistas de divulgación, o de series míticas como la de Saga, por ejemplo.

P. ¿Cómo cree que se puede fomentar el interés de la infancia y la adolescencia por la ciencia?
R. Los niños, en mi pequeña experiencia que he vivido, tienen una curiosidad y creatividad innata. Hay que procurar mantenerla o por lo menos no destruirla. Los profesores ayudados por museos, televisión, etc., son claves para transmitirles la belleza de la ciencia, divirtiéndoles al principio y entusiasmándoles después. Se trataría de gradualmente ir transmitiéndoles que la ciencia no es un conjunto congelado de dogmas sino una aventura humana. Con una educación dirigida a formar y no sólo a informar. Educar no es un proceso como el engordar patos para producir foie gras. No sé cómo se puede lograr el tipo de educación que yo quiero. Hay formas de ayudar. Una que he impulsado es que tengan contacto desde jóvenes con personalidades que han contribuido de forma decisiva a la ciencia, que vean su pasión, la capacidad de despertar nuestra imaginación. Organizamos encuentros con ellos y suelen entrar asustados y salen entusiasmados. Hoy Internet, bien usado, otra vez los profesores son decisivos, puede ser un gran instrumento. En resumen, en mi opinión, lo más importante es que los profesores sepan transmitir lo hermoso y atractivo de la ciencia. Para ello tienen que estar bien formados y ser bien tratados económica, profesional y socialmente.

Después del Sputnik: fomento de la creatividad científica y tecnológica en EEUU

La educación científica y tecnológica estadounidense presentaba deficiencias en cuanto a la investigación. Tras el lanzamiento del Sputnik, el Gobierno trazó un plan educativo para dar un empujón a la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. ¿En qué se concretaron estas medidas? ¿Qué podemos aprender de ellas?

EC | Madrid | Septiembre 2012

Estamos en el año 1957, en plena Guerra Fría. La Unión Soviética lanza un pequeño satélite, de no más de 185 libras de peso, una esfera metálica que alcanzaba orbitar una elíptica alrededor de la Tierra en 98 minutos. Muchos americanos contemplaron con un terror inmenso el lanzamiento del primer satélite artificial al espacio, ya que empezaron a considerarse las posibilidades de lanzamiento de misiles tierra-aire desde fuera de nuestra atmósfera, lo que aumentaba la probabilidad de una guerra nuclear. Todo esto provocó una importante crisis política (“la crisis del Sputnik”), que terminaría dando lugar a un desarrollo tecnológico sin precedentes.

Muchas voces autorizadas mostraban desde mucho tiempo antes del lanzamiento del Sputnik la preocupación por las deficiencias del sistema educativo estadounidense. David Hawkins, un profesor que había participado en el Proyecto Manhattan de Oppenheimer, resaltaba el énfasis que la educación en EEUU ponía sobre los aspectos prácticos de la ciencia, olvidándose de la investigación y el desarrollo. El temor a que la Unión Soviética superase a los EEUU en la carrera espacial dio lugar a un importante esfuerzo económico del Gobierno americano para proporcionar fondos para la reforma de la educación pública en todos los niveles. Fruto de todo esto sería la aprobación en 1958 por parte del Congreso de EEUU de la “National Defense Education Act” (NDEA) (Acta educativa de la Defensa Nacional), que buscaba contrarrestar la importancia del sistema escolar soviético y poner el foco en la educación de jóvenes en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Se trataba de asegurar la seguridad de la Nación a través del “desarrollo en profundidad de los recursos mentales y destrezas técnicas de sus hombres y mujeres jóvenes”.

El presidente Eisenhower describió el NDEA como una “legislación de emergencia a corto plazo”, que buscaba aumentar y complementar determinados programas educativos federales a través de la Oficina de Educación dentro del Departamento de Salud, Educación y Asistencia Social. El NDEA ponía el énfasis en la educación general, con la idea de potenciar la infraestructura educativa, fundamentalmente con un incremento del número de profesores. El NDEA incluía el apoyo a través de préstamos para estudiantes universitarios; la mejora de la ciencia, matemáticas, y la instrucción en lenguas extranjeras en la educación elemental y secundaria; becas de posgrado, y entrenamiento vocacional y técnico.

“(…) Dios contempló indeciso aquel punto brillante, aquel astro insumiso, que se metió en el cielo sin permiso, y cabizbajo se quedó un instante. (Un instante de Dios, como se sabe, es un milenio para el hombre, atado a los minutos mínimos, al tiempo que en la clepsidra cae…) De manera que Dios aún permanece silencioso, sentado, en su imponente nube, donde vela impasible un gran querube, un gran querube armado”

(Nicolás Guillén, “Sputnik 57”. De su libro Las grandes elegías y otros poemas)

 

El NDEA proporcionó fondos tanto para las educaciones Primaria y Secundaria como para la Educación Superior. Aunque sobre todo tuvo un enorme impacto en la investigación universitaria. Durante los años que estuvo en marcha, fundamentalmente de 1959 a 1973, se incrementó el número de matrículas en el primer año de Universidad y en educación post-secundaria, así como en el número de licenciaturas y doctorados alcanzados.

El Título II recogía los préstamos a estudiantes en Instituciones de Educación Superior. El Programa de la Defensa Nacional para los préstamos a estudiantes proporcionaba préstamos federales a un tipo de interés bajo a estudiantes prometedores que necesitaban fondos para mejorar su educación, poniendo el énfasis en los que poseían una capacidad superior en matemáticas, ingeniería, o en lenguas extranjeras modernas, o que pretendían enseñar en escuelas de educación elemental o secundaria.

El Título III establecía la asistencia financiera para el fortalecimiento de las ciencias, las matemáticas, y la instrucción en lenguas extranjeras modernas. El propósito de este título era proporcionar becas a escuelas públicas y préstamos a escuelas privadas para adquirir material para laboratorios y materiales especiales, incluyendo material audiovisual y equipamiento y materiales impresos (aparte de libros de texto), que fuesen adecuados para el uso en la educación científica, matemática o en lenguas extranjeras.

El Título IV, relativo a las becas de Defensa Nacional, estaba diseñado con tres objetivos en mente: incrementar el número de profesores universitarios de calidad, expandir el número y la distribución geográfica de los programas de Doctorado en los EEUU, y permitir al mayor número de estudiantes acceder a programas de Doctorado proporcionando apoyo financiero.

El Título V, acerca de las “guías, orientación psicopedagógica, y realización de pruebas; identificación y estímulo de los estudiantes capaces”, proporcionaba fondos para la evaluación de las aptitudes y la orientación educativa y profesional de estudiantes. Los programas evaluadores buscaban identificar a los estudiantes con aptitudes y habilidades destacadas. Los programas de orientación pretendían aconsejar a los estudiantes acercas de los estudios más adecuados en relación con sus habilidades, y asistir a los estudiantes cualificados para preparar su educación universitaria.

Todos estos esfuerzos marcaron una clara tendencia. En los distintos años de aplicación del NDEA, aumentó la preparación de los estudiantes en ciencias, matemáticas y lenguas extranjeras, y también aumentó el número de profesores y de instituciones que proporcionaban títulos educativos, así como el número de licenciaturas y doctorados, y de publicaciones profesionales.

Una crisis como fue la desencadenada por el lanzamiento del primer artefacto espacial terminó convirtiéndose en una oportunidad para la innovación. El importante esfuerzo realizado por el gobierno de los EEUU daría sus frutos en los años siguientes, provocando importantes cambios socioeconómicos y colocando los cimientos para futuros desarrollos tecnológicos y avances científicos.

 

Fuentes
– “El legado dejado por el Sputnik para la educación científica americana”, artículo de Larry Abramson.
– “La National Defense Education Act (NDEA) de 1958: resultados seleccionados”, directora de proyecto: Pamela Ebert Flattau. Publicado en  la página del Instituto para los análisis de defensa de los EEUU.
– Artículo de Jennifer L. Jolly (“La NDEA, las iniciativas actuales en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas y las personas con Altas Capacidades”), en la  página de la Asociación Nacional de Chicos con Altas Capacidades en EEUU-National Association for Gifted Children
– The Federal Role in Education
– The Historical Importance of the NDEA and the Establishment of NASA

Invitada del mes: Teresa Amabile

Nos ponemos en contacto con Teresa Amabile, profesora de Administración de Empresas y Directora de Investigación de la Escuela de Negocios de Harvard. Sus investigaciones engloban la creatividad, la productividad, la innovación, y la vida laboral interior: la confluencia de emociones, percepciones, y motivación que las personas experimentan como reacción a los acontecimientos que se producen en el trabajo.

EC | Madrid | Septiembre 2012

Con formación inicial en Química, Teresa M. Amabile recibió su doctorado en Psicología por la Universidad de Stanford. Como señala en su Web , estudia de qué manera la vida diaria dentro de las organizaciones puede influir a las personas y sus resultados en el trabajo.

En el terreno de la creatividad, Amabile señaló en una serie de artículos en la Harvard Business Review (Amabile, 1985, 1988, 1998) los seis mitos que se han sostenido durante años para explicar las diferencias de creatividad.

  1. La creatividad resulta de personas creativas
  2.  La incitación monetaria desempeña un papel considerable en su aparición.
  3. Las limitaciones temporales estimulan la creatividad.
  4. La fuerza del miedo inspira la creatividad.
  5. La competición parece más prometedora que la cooperación.
  6. Las organizaciones en línea son necesariamente creativas.

Para Amabile, las personas más creativas no son aquellas que están expuestas a estimulantes exógenos, sino aquellas que pueden seguir una lógica endógena de creación. Acuñó el principio de motivación intrínseca de la creatividad: cuando las personas están fuertemente motivadas para realizar alguna actividad creativa por su propio interés y por el disfrute de esta actividad, pueden entonces ser más creativos que cuando están motivados fundamentalmente por algún objetivo impuesto por otros.

El principio de la motivación intrínseca será la piedra angular de la psicología social de la creatividad que se desarrolla en el libro del mismo título, ampliado años más tarde en su obra Creatividad en el contexto. La autora desarrolló esta disciplina, que no existía previamente, tras observar que durante décadas el énfasis principal en el estudio de la creatividad se había puesto en los estudios sobre la personalidad de individuos creativos. El área más activa de investigación se concentraba en la descripción de las características peculiares de personas famosas o ampliamente reconocidas que se consideraban creativas (vivas o muertas), o en la descripción de las diferencias en personalidad e intelecto entre las personas a las que se les dan bien los tests de creatividad y aquellas a las que no. Se daba una concentración en el estudio de la persona creativa, excluyendo las circunstancias que conducen a la creatividad. Hasta entonces, se había puesto el foco sobre los determinantes internos de la creatividad, excluyendo los determinantes externos. Y, dentro del estudio de los determinantes internos, existía una preocupación por los factores “genéticos”, con la exclusión de las contribuciones del aprendizaje y el entorno social. La psicología social de la creatividad desarrollada por Amabile busca identificar las condiciones particulares sociales y ambientales que pueden influir positiva o negativamente en la creatividad de la mayoría de los individuos.

En «El principio del progreso«, escrito junto a Steven J. Kramer, habla de la necesidad de crear las condiciones para una gran vida laboral interior, aquellas condiciones que fomentan las emociones positivas, motivaciones internas fuertes, y las percepciones favorables de los compañeros y del trabajo en sí mismo. El libro se basa en un estudio que sigue la pista a los acontecimientos diarios que mueven la vida laboral interior de los que trabajaban para siete empresas. El seguimiento diario permitió comprobar que la vida laboral interior es un fenómeno rico y de múltiples facetas, y que influye en la ejecución del trabajo en cuatro dimensiones (creatividad, productividad, compromiso con el trabajo y colegialidad). Tres claves aparecen como potentes fuerzas que soportan la vida laboral interior: el progreso en el trabajo valioso, los catalizadores (eventos que directamente ayudan al proyecto de trabajo), y los alimentadores (eventos interpersonales que sustentan a las personas que realizan el trabajo). De todos los eventos positivos que afectan a la vida laboral interior, el más poderoso es el del progreso en el trabajo valioso. Los autores describen la clave para provocar el principio del progreso: dar a las personas un trabajo valioso, con sentido. Una de las cosas que más empuja a las personas es la auto-eficacia, la creencia en su capacidad de planear y ejecutar las tareas requeridas para alcanzar las metas deseadas. En el trabajo la gente desarrolla un sentido intrínsecamente fuerte de la auto-eficacia cada vez que hacen progresos, realizan con éxito un problema o tarea o lo controlan.

La autora sostiene en el libro Creciendo de forma creativa que todos los niños pueden ser creativos y seguir siéndolo de adultos. La creatividad no es  propiedad exclusiva de la gente muy dotada o talentosa, sino que puede -y debería-  ser parte de la vida diaria de todos niños y adultos. Pero crecer siendo creativo no es fácil. El factor más importante de la creatividad, más que el talento, la personalidad o las habilidades, es la motivación. Amabile estudia de qué manera los entornos familiares y escolares pueden destruir la creatividad infantil, a fin de evitarlo. Y señala varias técnicas específicas que padres y profesores pueden usar para mantener viva la creatividad de sus niños.

 

Fuentes
– The social psychology of creativity, Teresa M. Amabile, Springer-Verlag New York, 1983
– Creativity in context, Teresa M. Amabile, Westview Press, 1996
– The progress principle. Using small wins to ignite joy, engagement, and creativity at work, Teresa M. Amabile y Steven J.     Kramer, Harvard Business Review Press, 2011
– Growing up creative. Nurturing a lifetime of creativity, Teresa M. Amabile, CEF Press, 1989).

Entrevista a un libro: La sorprendente verdad sobre qué nos motiva

Daniel H. Pink es un joven y reconocido pensador estadounidense, autor de varios libros, artículos y reportajes y editor de la revista Wired. Sus temas principales son los negocios y la tecnología, pero en la obra que nos ocupa se adentra en las intimidades del ser humano. Como dice Juan C. Cubeiro en el prólogo, es «un libro que marcará época».     Un libro esencial para las sociedades de la nueva economía.

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Pregunta. ¿Cuál es la tesis que defiendes?
Respuesta. Quiero dar a conocer un nuevo tipo de motivación que, aunque está avalada por gran cantidad de investigaciones, aún se tiene muy poco en cuenta. Sus características hacen que sea más adecuada para su aplicación en el panorama actual: a sus modelos de negocio, tipos de trabajo… Lo he llamado Motivación 3.0, y está relacionado con un tipo de personalidad concreto.

P. Relacionas la motivación con los negocios…
R.
Creo que existe una sensación general de que “algo ha fallado en nuestros negocios, nuestras vidas, nuestro mundo” (La sorprendente verdad sobre qué nos motiva. Daniel H. Pink, pg. 90), y que necesitamos un nuevo enfoque sobre cómo organizarnos, cómo pensamos y cómo y por qué hacemos lo que hacemos, más adecuado a los tiempos que corren. El ámbito empresarial ha sido uno de los mayores campos de batalla de la motivación, porque se suele pensar que la gente, si pudiera, evitaría el trabajo. Yo opino que esto no es así, que a la gente le gusta estar activa y tener responsabilidades. “Por desgracia, el mundo de los negocios no se ha adaptado a esta nueva comprensión.” (Ídem, pg. 222).  Se está abriendo una gran brecha entre lo que la ciencia sabe y lo que la empresa hace. Espero poder contribuir a reducirla.

La Motivación 3.0 es un tercer impulso, intrínseco, que nos mueve a hacer cosas en la que presupone que la gente quiere ser responsable, y que asegurarse de que tienen el control sobre su trabajo, su tiempo, su técnica y su equipo es un camino hacia ese fin

P. ¿Cómo eran los antiguos modelos de motivación?
R. Había dos modelos, a los que llamo Motivación 1.0 y 2.0. El primero enfocado básicamente a la supervivencia y basado en los deseos naturales. La Motivación 2.0, algo más avanzada, surge de la constatación de que los humanos tendemos a buscar gratificaciones y a evitar los castigos. Como yo digo, es el modelo de la zanahoria y el palo. Pero este tipo de motivación no siempre funciona: tienen sus peligros. A mediados del siglo XX, los científicos descubrieron un tercer impulso, de tipo intrínseco.

P. ¿Por qué no funciona la Motivación 2.0?
R. Motivar sólo con premios puede producir resultados no deseados. Las recompensas ahogan la creatividad. Si alguien está pendiente de ganar algo al final de una tarea, su enfoque se estrecha. En vez de centrarse en la tarea misma, lo hará en el premio final. Se han realizado muchos experimentos y estudios que así lo demuestran: resolviendo enigmas, con pintores, donantes de sangre… La motivación del palo y la zanahoria puede eliminar la motivación intrínseca, reducir el rendimiento, aplastar la creatividad, desbordar la buena conducta, volverse adictiva y potenciar la trampa y el pensamiento a corto plazo.

P. Pero, hasta ahora, ha funcionado…
R. Bueno, los premios no siempre son malos. Sirven, por ejemplo, para tareas rutinarias, que se resuelven siguiendo una serie de normas o pasos. Fomentan la obediencia y el control. Si la tarea no es motivadora de por sí, mejor contar con algún incentivo extra. Por eso se adecuaban más al tipo de trabajo de los siglos anteriores, que eran mecánicos. Pero eso está cambiando. Ahora vivimos en una sociedad y en una economía del conocimiento, con trabajos cada vez más creativos e innovadores. La Motivación 2.0 “no cuadra con la manera en que los nuevos modelos de negocio están organizando nuestras actividades –porque somos optimizadores de objetivos, intrínsecamente motivados, no sólo optimizadores de ganancias, extrínsecamente motivados.” (Ídem, pg.46). Para mí, todo es una cuestión de actitud, de personalidad.

P. ¿A qué personalidad te refieres?
R. He hecho una distinción entre la personalidad de Tipo X y la personalidad Tipo I. La personalidad de tipo X alienta la Motivación 2.0. Está basada en los deseos extrínsecos en vez de en los intrínsecos, y en vez de preocuparse por la satisfacción inherente de una actividad, recurre a las gratificaciones externas que aporta. Sin embargo, “para los artistas, científicos, inventores, niños de colegio y todos los demás, la motivación intrínseca -el impulso de hacer algo porque es interesante, absorbente y todo un reto- es imprescindible para alcanzar un alto nivel de creatividad”. (Ídem, pg.59).

P. ¿En qué consiste el Tipo I?
R. La conducta de Tipo I es aquella que mueve desde dentro, cuya principal motivación es la libertad, el reto y el objetivo de la propia actividad (aunque cualquier otro beneficio, como dinero o reconocimiento será bienvenido, pero como un extra). Lo mejor de la personalidad I es que se hace, no es innata. Esto es genial, porque cualquiera puede aprenderla. Cualquier Tipo X puede transformarse en I. Además, a la larga, los Tipos I casi siempre superan a los Tipos X. Esta actitud promueve un mayor bienestar físico y mental y es una fuente renovable de talento.

P. Y, esta es tu gran propuesta, la Motivación 3.0.
R. Sí, se trata de un tercer impulso, intrínseco, que nos mueve a hacer cosas. No somos seres pasivos y estáticos. Sus pioneros fueron Harlow y Deci, a quienes siguió una gran corriente de pensadores, entre los que me incluyo: Teresa Amabile, Ander Ericsson, Carol Dweck, Malcom Gladwell, Csikszentmihalyi, Howard Gardner… La Motivación 3.0 “presupone que la gente quiere ser responsable, y que asegurarse de que tienen el control sobre su trabajo, su tiempo, su técnica y su equipo es un camino hacia ese fin”. (Ídem, pg.122).

“Nuestra naturaleza básica es la curiosidad y la autogestión.” (La sorprendente verdad sobre qué nos motiva. Daniel H. Pink, pg. 100)

P. ¿Cómo se puede aplicar o promover la Motivación 3.0?
Como ya he comentado, pienso que debemos hacer caso a los científicos e investigadores. “Necesitamos ir más allá, y la ciencia nos marca el camino. Este nuevo enfoque tiene tres elementos esenciales: 1) la autonomía, o el deseo de dirigir nuestras propias vidas; 2) el dominio, o la urgencia de mejorar más y más en algo importante, y 3) la finalidad o el anhelo de hacer lo que hacemos al servicio de algo más allá de nosotros mismos”. (Ídem, pg. 221).

P. Es obvio que te interesa mucho la aplicación práctica de tu teoría, también en la educación.
R. Sin duda…. Los niños empiezan siendo del Tipo I: curiosos, inquietos… pero muchos acaban convirtiéndose en el Tipo X. ¿Por qué? “Tal vez el problema seamos nosotros, los adultos que dirigimos los colegios y encabezamos las familias. Si queremos equipar a los jóvenes para el nuevo mundo del trabajo y, lo más importante, para que lleven vidas satisfactorias, debemos alejar la preeminencia de la Motivación 2.0 de la ecuación y de la vida familiar”. (Ídem, pg. 193). Hay que promover entre los niños la autonomía, el dominio y la finalidad. Ofrezco una serie de consejos a padres y educadores y una lista de colegios de Tipo I. También incluyo una “caja de herramientas”, (Ídem, pg. 169), ya que quisiera que, a cualquiera interesado en aplicar estos conocimientos, le resultara sencillo y agradable.  «Ya sea que buscas una manera mejor de gestionar tu organización, de orientar tu carrera o de ayudar a tus hijos, aquí hallarás un consejo, una práctica mejor o un libro recomendado. Creo que mi modelo es fácil de implantar y me gustaría que así se hiciese en todo tipo de organizaciones. Como cualquier buena caja de herramientas, esta es lo bastante versátil como para que vuelvas a consultarla una y otra vez».

Fuentes
La sorprendente verdad sobre qué nos motiva. , Daniel H. Pink. Gestión 2000. Barcelona 2010

El «efecto Pigmalión» en la educación

¿Hasta qué punto influye lo que esperamos de una persona en sus resultados posteriores? Según los investigadores Rosenthal y Jacobson, esta expectativa es determinante de lo que los alumnos pueden llegar a lograr, como demostraron en los años 70 en unos estudios cargados de polémica. 

EC | Madrid | Septiembre 2012

Ovidio, en su “metamorfosis», cuenta la historia de Pigmalión, que “esculpió con arte felizmente admirable una estatua de níveo marfil, dándole una belleza con la que ninguna mujer puede nacer, y llegó a enamorarse de su propia obra”. Llegada la festividad de Venus, el día más celebrado de toda Chipre, cumplido el rito de la ofrenda, se detuvo ante los altares y tímidamente pidió: “Si podéis, dioses, darlo todo, deseo que mi esposa…”, y sin atreverse a decir: “la doncella de marfil”, dijo “igual que la de marfil”. La dorada Venus, que asistía en persona a sus propias fiestas, entendió qué pretendían aquellos ruegos, y le concedió su deseo. La estatua cobró vida, y Pigmalión y la mujer que había creado pudieron casarse.

En 1912, George Bernard Shaw publicó una obra de teatro basada en este mito. Un profesor de fonética, Henry Higgins, apuesta con su amigo el Coronel Pickering que será capaz de convertir en el plazo de seis meses a una simple florista en una dama, y lo hará enseñándole a hablar correctamente. En una escena de la obra, Eliza Doolitle le dice al Coronel Pickering lo siguiente: “Mire usted: de manera real y cierta, aparte de las cosas que cualquiera puede percibir (la forma de vestir y la manera correcta de hablar, entre otros), la diferencia entre una dama y una florista no es cómo se comporta ésta, sino cómo es tratada. Yo siempre seré una florista para el Profesor Higgins, porque él siempre me trata como una florista, y siempre lo hará; pero yo sé que puedo ser una dama para usted, porque usted siempre me trata como una dama, y siempre lo hará”.

El “efecto Pigmalión” es un experimento de Robert Rosenthal y Lenore Jacobson  en el que llegan a la conclusión de que el desarrollo intelectual de los estudiantes resulta en gran medida una respuesta a las expectativas de sus profesores y la manera en que estas expectativas se transmiten

Robert Rosenthal y Lenore Jacobson realizaron en los años sesenta un pequeño experimento en una escuela californiana, que produjo lo que ellos bautizaron como el “efecto Pigmalión”, cuyos resultados publicaron en el año 1968. El estudio llegaba a la conclusión de que el desarrollo intelectual de los estudiantes resulta en gran medida una respuesta a las expectativas de sus profesores y la manera en que estas expectativas se transmiten. El experimento llevado a cabo por los autores consistió en proporcionar información falsa a los profesores sobre el potencial de aprendizaje de los alumnos de una escuela de San Francisco, en concreto de estudiantes de entre primer y sexto grado de educación elemental. A los profesores se les dijo que se había realizado un test de inteligencia a los chicos, y que se había comprobado que una serie de estudiantes, los que habían puntuado más alto en el test,  se encontraban a punto de entrar en un periodo de rápido crecimiento intelectual. Su potencial de crecimiento era inmenso, aseguraban. Pero, en realidad., los chicos de la lista proporcionada a los profesores habían sido escogidos al azar, sin relación alguna con el resultado del test. El estudio, que tomaba a los profesores como cobayas del experimento, estaba designado para comprobar si aquellos chicos respecto a los que los profesores tenían mayores expectativas terminarían mostrando un mayor crecimiento intelectual que el resto de los chicos del grupo de control cuando se les evaluase aproximadamente a los cinco, ocho y veinte meses posteriores.

Al final del período experimental, algunos de los estudiantes señalados como de gran potencial, y en particular los de primer y segundo grado, mostraron unos resultados en los tests de inteligencia evaluativos superiores a los que se hubiese esperado de ellos sin la intervención realizada, y estos resultados fueron superiores a los de otros estudiantes de habilidades similares. El 47 % de los alumnos de los que se esperaba un crecimiento superior al resto ganaron veinte o más puntos en coeficiente de inteligencia, mientras que únicamente el 19% de los estudiantes que no habían entrado en la lista ganaron veinte o más puntos. Estos resultados llevaron a los investigadores a concluir que las expectativas infladas que los profesores tenían sobre determinados estudiantes, y presumiblemente el comportamiento que tuvieron con ellos posteriormente para acompañar estas expectativas, fueron la causa de que los estudiantes experimentaran un crecimiento intelectual acelerado.

El estudio sobre el “efecto Pigmalión en el aula” apoyaba el efecto de las “profecías que se autorrealizan”. Merton describió el efecto de estas profecías en el año 1948, señalando que tienen lugar cuando una definición falsa de una situación provoca un nuevo comportamiento que lleva a que la concepción originariamente falsa se haga realidad. La publicación de los resultados del estudio generó mucha atención y controversia, no solamente entre educadores e investigadores, sino también entre los medios de comunicación y el público en general. Se intentaron replicar los resultados del estudio inicial, con desigual éxito. Desde su aparición, el libro tuvo un enorme impacto, dando lugar a un amplio debate sobre las posibilidades educativas de las expectativas positivas.

 

Fuentes
– Ovidio, “Metamorfosis”. Alianza Editorial, Madrid, 2007
– «El efecto Pygmalión en el aula”, artículo de Inmaculada Baños Gil. Innovación y experiencia educativas, marzo 2010.
– “Expectations for students with cognitive disabilities: is the cup half empty or half full? Can the cup flow over?” NCEO SYNTHESIS REPORT 55. Publicado por el “National Center on Educational Outcomes”. Preparado por:  kevin s. mcgrew (institute for applied psychometrics-IAP), y por jeffrey evans (evans consulting). diciembre 2004  (recogido en la página de programas de la Oficina de Educación Especial del departamento estadounidense de Educación www.osepideasthatwork.org )
– Expectations and student outcomes”. Artículo de Kathleen Cotton. School improvement research series. Noviembre, 1989
– Rosenthal, Robert y Jacobson, Lenore. “Pygmalion in the classroom: Teacher expectation and Pupils’ Intellectual development”. Crown House Publishing, may 2003 (publicación original del año 1968)

Motivados para elegir carrera

«Elige lo que quieres ser» es una completa guía de titulaciones oficiales que pretende servir de orientación a los jóvenes que han de escoger sus estudios superiores. Recoge gran cantidad de vivencias personales de grandes profesionales de cada sector, que pueden ayudar a los estudiantes a decidirse por una carrera u otra.

EC | Madrid | Septiembre 2012

ElegirExisten numerosas guías sobre las carreras universitarias y la Formación Profesional, pero esta obra destaca por los más de cien testimonios de reconocidos profesionales que describen los valores de su titulación y los motivos que les hicieron dedicarse a ella. Nos parece una idea excelente ofrecer a los alumnos testimonios de primera mano de quienes mejor conocen cada carrera. Todos los escritos están cargados de un amor, pasión y entusiasmo que, esperamos, se contagiarán a muchos lectores atrayéndolos hacia una rama de estudios u otra. Y como lo que nosotros deseamos es avivar las vocaciones científicas y técnicas, nos centraremos en este tipo de estudios.

Eso de “la vocación” suele atribuirse a las carreras de letras (con notables excepciones como la medicina o la enfermería). No obstante, podemos afirmar que los relatos de ingenieros, arquitectos y científicos son altamente vocacionales, siendo recurrentes las anécdotas infantiles, circunstancias familiares, alusiones a hobbies y aficiones de toda la vida, intereses personales… Hemos constatado una profunda humanidad y emoción en estos testimonios. También hemos observado una serie de coincidencias que exponemos a continuación.

Podemos hablar de dos casos: los que lo tuvieron claro en todo momento y ni siquiera se plantearon otras opciones, y los que escogieron un itinerario, pero más adelante encontraron su verdadera vocación en otra carrera. Sea como sea, todos estos expertos están de acuerdo en que no se arrepienten en absoluto de sus elecciones. Si volvieran atrás en el tiempo, elegirían lo mismo sin titubear.

Resultan comunes las referencias a “lo que se les daba bien”: el cálculo, las matemáticas, la solución de problemas, preferencia por el aspecto práctico, arreglar aparatos, los mecanismos, el funcionamiento de máquinas, motores…

En aquel momento, yo no tenía edad suficiente para comprender cómo funcionaba aquello, pero esa inquietud me acompañó a medida que fui creciendo, y, entender el porqué de las cosas, sus causas, cómo sucedían y, sobre todo, para qué servían, empezaron a formar parte de mi manera de ser

Olga Pérez Sanjuán. Doctor Ingeniero de Telecomunicación. Vicesecretaria de la Asociación Española de Ingenieros de Telecomunicación. (287)

Desde pequeño todos en la familia decían: “este niño que dibuja tan bien será arquitecto”. Y la verdad es que nunca me plantee estudiar otra cosa

Ricardo Aroca Hernández-Ros
Profesor y Catedrático de la ETSAM, Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. (251)

Sin embargo, que algo te guste no implica que el camino sea fácil…

Nunca me he arrepentido de haber elegido esta profesión,
a pesar del esfuerzo que supuso

José María Izard Galindo
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la UPM. (267)

Los Ingenieros Industriales nos dedicamos a hacer realidad
lo que la ciencia dice que es posible.
Necesitamos sólida formación en Matemáticas, Física y Química,
compromiso con el esfuerzo, disciplina mental, poca pereza,
sistemática en el trabajo y una ambición sana que sirva de estímulo
ante tantos malos tragos  como la vida profesional da»

José María Martínez Val
Dr. Ingeniero Industrial y Catedrático dela ETSII (UPM). (317)

Las carreras universitarias no son nada definitivo. Más bien son horizontes de posibilidad, puertas abiertas que nos ponen en contacto con miles de opciones. Comenzar una titulación determinada no ata de por vida, sino que puede servir para llevarnos hasta la verdadera vocación.

El Decano de Informática y Profesor dela UPM, Javier Segovia (Licenciado en Físicas y Doctor en Informática), explica que entró en contacto con la informática cuando estaba en 3º de Físicas, y entonces descubrió su pasión: “todo un mundo nuevo se abrió en mi entorno”. (326)

¿Por qué Topografía? Quizás porque quería ser escritora
para describir el mundo a los demás… y ¿qué mejor forma
que a través de un lenguaje gráfico tan internacional como
el de la Cartografía? De este modo
se abrió ante mí un mundo
muchísimo mayor del que había imaginado

Mª Luisa Palanques Salmerón
Doctora en Ingeniería en Geodesia y Cartografía (Universidad de Barcelona)
y Profesora de la Universidad del País Vasco. (305)

Y, el Director General de IMB, empezó Ingeniería Aeronáutica, llegando a doctorarse, para descubrir que quería dedicarse a la Mecánica de Fluidos, lo que a su vez le condujo
a las Matemáticas Aplicadas.

Otro gran aliciente para escoger carrera es el misterio, la emoción de enfrentarse con algo nuevo. Y es que el futuro laboral no deja de ser una gran aventura:

Sobre la elección de Minas,… porque añadía
misterio, aventura, pasión por la Tierra
y todo lo que encierra. Miles y miles de posibilidades
para hacer un mundo mejor; en definitiva, la tecnología aplicada
a la naturaleza para mejorar la gestión de sus recursos.
Mi alma de ingeniero apegado a la tierra, a los medios naturales
necesarios para hacer que la sociedad progrese en armonía,
utilizando con sentido común lo que la naturaleza nos proporciona
para que siempre esté disponible en las mejores condiciones posibles.
Yo soñé con ser un ingeniero de la Tierra y lo he sido
»

Ángel Fernández Valcárcel
Decano del Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste de España. (276)

Elegí la carrera de ingeniería de telecomunicación
por su carácter novedoso y desconocido

Enrique Gutiérrez Bueno
Presidente del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicaciones. (286)

Esta motivación es muy positiva, teniendo en cuenta que muchos de los trabajos del mañana, aún ni siquiera existen. La valentía, la iniciativa y la creatividad son rasgos esenciales.

La carrera de Ingeniero de Materiales es un reto
para los estudiantes más inquietos, curiosos y creativos
.

Manuel Elices Calafat Ingeniero de Caminos y Físico
Catedrático de Ciencia e Ingeniería de Materiales. (273)

“Los Ingenieros Técnicos de Diseño Industrial responden
a un perfil dual que combina cualidades como la expresión artística,
la visión espacial, la capacidad de abstracción y la imaginación,
con el sentido práctico y analítico, y la innovación

Nuria Candela Vázquez
Jefe de Estudios del Dpto. de Ingeniería Industrial
de la Escuela Politécnica Superior. (311)

Si uno dispone de las aptitudes y actitudes que acabo de mencionar
y le atraen las máquinas, los cables, los cálculos físico-matemáticos,
los motores y el espectáculo impresionante de una refinería de petróleo,
debe hacer caso a su propio yo y estudiar Ingeniería Industrial.
Tendrá además la ventaja de acceder a una formación muy polivalente, que le permitirá, a lo largo de su vida, adaptarse a los nuevos tiempos

José María Martínez Val
Dr. Ingeniero Industrial y Catedrático dela ETSII (UPM). (317)

Amplitud de conocimientos, versatilidad, adaptabilidad a diferentes sectores, equipos multidisciplinares, visión amplia… las carreras técnicas aportan y valoran este tipo de características, y además ofrecen la posibilidad de ensanchar las posibilidades, unos límites insospechados, un futuro desconocido y por hacer.

Estas carreras no se restringen al ámbito científico; muchos coinciden en el componente humano y social que implican sus trabajos. A su vez, ellos aprenden a:

  • Desarrollar el espíritu creativo, potenciar nuestras capacidades ante situaciones nuevas y a disponer de una gran capacidad de trabajo en equipo”.
    Pedro Ángel Merino Calvo, Ingeniero Técnico en Topografía porla UPM y en Cartografía y Geodesia por la Universidad Politécnica de Enseñanza Superior. (303)
  • Todo ello sin olvidar que el fin de nuestro trabajo no es más que un medio para el desarrollo social y la satisfacción de los ciudadanos
    José María Izard Galindo. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la UPM. (268)
  • Su aplicación está muy relacionada con las personas, al permitir, de alguna forma, traspasar las barreras del espacio y dar respuesta a una de las necesidades básicas del hombre, la de comunicarse”. Olga Pérez Sanjuán. Doctor Ingeniero de Telecomunicación. Vicesecretaria de la Asociación Española de Ingenieros de Telecomunicación. (287)
  • Toda carrera de ingeniería se basa en la aplicación de la ciencia para resolver problemas físicos, en concreto, para convertir ideas en objetos, instrumentos o espacios, en definitiva, en realidades físicas que cumplan una misión o satisfagan una necesidad
    Joaquim Coello i Brufau, Ingeniero Naval y Decano del Colegio Oficial de Ingenieros Navales y Oceánicos de España. (332)

De fondo, una emoción incomparable:

Enfrentarse al reto de concebir un edificio era, y sigue siendo
casi 50 años después, apasionante (…) pero pocas profesiones
pueden ofrecer la satisfacción de ver crecer algo que uno ha ideado,
sólo o formando parte de un equipo, como es cada vez más habitual
”.

Ricardo Aroca Hernández-Ros. Profesor y Catedrático dela ETSAM, Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. (251)

Nada es comparable a la satisfacción personal de todo científico
cuando formula y resuelve las ecuaciones que describen un fenómeno de la vida real

Juán Antonio Zufiría Zarataín. Director General de IMB España y Portugal. (213)

Entusiasmo, pasión, satisfacción, curiosidad, diversión, experiencias indescriptibles… en definitiva, verdadero amor hacia su trabajo. Es lo que transpiran estas páginas que consideramos un recurso muy útil para atraer a jóvenes hacia las carreras de tipo técnico y científico. El entusiasmo es contagioso.

Fuentes
– Elige lo que quieres ser. Guía completa de carreras universitarias y Formación Profesional. Dirigido por Javier de Juan y Peñalosa. JdeJ Editores, Madrid 2007.