Los premios San Viator

Los Premios San Viator fueron concebidos en este colegio madrileño con el fin de estimular el espíritu investigador y la creatividad entre sus estudiantes, pero poco a poco traspasaron las barreras del centro y se extendieron a toda la juventud española. Ya van por la XVIII edición. La Fundación Repsol contribuye con su patrocinio a fomentar estos valores.

EC | Madrid | Octubre 2012

Una de las mejores formas de aumentar el interés de los alumnos hacia las asignaturas es hacer reales los contenidos acercándolos a la vida cotidiana. Así los estudiantes tienen la oportunidad de comprobar que lo que se les enseña tiene una utilidad práctica, que sirve para algo. Sobre todo en el caso de las ciencias, es importante que los chicos, y la sociedad en general, dejen de verlas como algo elitista al alcance de unos pocos “cerebritos”. Y estos premios nos parecen una iniciativa que lo consigue. Además, el hecho de competir por un premio estimula aún más la creatividad; son varios los autores que han demostrado que una sana rivalidad o competencia es una de las claves de la innovación (Shenk, Glaeser).

Otra ventaja es que mejora la relación con los profesores, pues estos cobran un papel más allá de la simple docencia magistral. Los profesores implicados trabajan mano a mano con los alumnos y tienen la oportunidad de dar un sentido práctico y experimental a su labor. De hecho, hay premios para los tutores encargados de los proyectos. Sin olvidar la satisfacción que produce contribuir activamente a favorecer el interés por la ciencia y las humanidades, y promover el reconocimiento y respeto hacia la actividad científica e investigadora entre las comunidades educativas.

Los trabajos se pueden realizar en equipo o individualmente. Los requisitos son los propios de cualquier trabajo científico: han de ser inéditos y originales e incluir todas las referencias de materiales ajenos: bibliografía, fotografías, citas, etc.; se debe adjuntar una síntesis de la investigación que dé cuenta de los objetivos del trabajo, los métodos, el procedimiento y las conclusiones.

Existen 2 niveles y 2 áreas temáticas en función de los cuales se distribuyen los premios:

  • Nivel 1: corresponde a los cursos de Bachillerato, 4º de Secundaria y Ciclos Formativos de Grado Medio
  • Nivel 2: 1º, 2º y 3º de Secundaria
  • Área de Ciencias
  • Área de Humanidades

Se constituyen dos jurados diferentes para cada área, integrados por un alto número de profesionales, sobre todo docentes universitarios e investigadores.

Los elementos más valorados por el jurado tienen que ver con la creatividad, la documentación recogida, el interés del tema tratado, la metodología empleada, etc. El objetivo es que los participantes analicen y comprendan el tema escogido y utilicen enfoques, métodos y formas de expresión personales y creativos. Es una forma de convertir a los alumnos en protagonistas de su propia formación, puesto que son ellos quienes dirigen su proceso de aprendizaje. El tema es libre, aunque debe estar relacionado con los contenidos cursados por los alumnos.

En Energía Creadora nos interesan estos premios porque son un buen ejemplo de la pedagogía que nos gustaría inspirar. Todos los trabajos de investigación que participan, no son sino proyectos llevados a la práctica: elección del tema, planificación, objetivos, análisis de los resultados y conclusiones. Vamos a fijarnos en uno de los premiados el año pasado (2011).

El proyecto ganador del Nivel 2 de Ciencias fue un trabajo grupal: Radiactividad: ¿maravilla o pesadilla? (Pablo Mingote, Javier Isidro Gisbert y Gonzalo Flórez), que ilustra a la perfección los objetivos generales de los premios en los suyos propios:

  1. «Averiguar si lo que nosotros aprendemos es cierto
  2. Que sepamos entender la finalidad de la energía nuclear y el porqué es tan importante
  3. Aprender a presentar una monografía
  4. Aprender a trabajar en equipo»

Podemos apreciar que los jóvenes estudiantes han captado el espíritu de los premios y de la investigación en general: “La verdad es que lo que nosotros aprendemos de los libros no lo comprobamos y por tanto no lo creemos. Este trabajo tiene como fin comprobar si lo que hemos aprendido se corresponde con la realidad.”

Este es el resumen de su trabajo:
“A todo el mundo nos han hecho estudiar la radiactividad, los átomos, energía nuclear, fisión, fusión…, pero, ¿eso existe?, y si es así, ¿es peligrosa o perjudicial, o es buena y beneficiosa? Todo ese tipo de preguntas frecuentes que se nos pueden plantear, las hemos resuelto aquí, y con varios experimentos que demostrarán su existencia.”

Y la metodología empleada:
“Primero investigamos en internet para hallar información sobre la energía nuclear. Posteriormente realizamos una visita guiada al CSN, donde tuvimos ocasión de aprender y asimilar suficiente información para el trabajo, y por último procedimos a reproducir una cámara de Taylor (cámara de niebla); después tomamos datos de la radiación ambiental en distintos sitios y por último hemos medido las partículas irradiadas por el elemento Radio 226 a 4 cm. de distancia del medidor.
Con estos experimentos demostramos la existencia de la radiactividad, observando así el movimiento de partículas alfa y beta, y demostrando la presencia de la radiactividad en cualquier parte a partir de las medidas realizadas.”

La parte más importante del proyecto es, sin duda, la experimental.
Hemos disfrutado y hemos aprendido mucho de los experimentos realizados (los cuales consideramos muy importantes)”. Los alumnos recogen cada paso de los experimentos por medio de fotografías y numerosas explicaciones, estadísticas, vídeos, tablas comparativas, comentarios…

Otro detalle a destacar es la realización de un glosario de términos: “Para una mejor comprensión del trabajo las palabras subrayadas individualmente están definidas en un glosario al final del mismo.

“Una mención especial requiere el profesor que tanto nos ha acompañado, y aprobado, Don Ricardo Moreno, que nos incitó a realizar los experimentos. Gracias a él este trabajo es como es, como debe ser.”

Creemos que en el caso de este grupo de alumnos, la participación en los Premios San Viator ha cumplido plenamente sus objetivos, pues no sólo han dado amplias muestras de conocimientos científicos, sino que han aprendido a planear y realizar experimentos, a trabajar en equipo, a buscar información, a plasmar todo ello en una monografía, a valorar la ciencia y en especial a su profesor y, sobre todo, han descubierto su amor por la física:

“Por último, también hemos aprendido cosas que antes no conocíamos, lo cual nos ha ayudado, ya que la física es el campo que más nos apasiona.”

Desde EC, felicitamos a los ganadores y les auguramos una prometedora carrera en el mundo de las ciencias.

Fuentes
Información enviada por el Colegio San Viator (CD con los trabajos ganadores)

El humor favorece la inspiración

Diversas investigaciones realizadas recientemente han puesto de manifiesto que el buen humor y las emociones positivas que tiene un sujeto le favorecen cuando tiene que resolver problemas de forma creativa.

Entre dichas investigaciones destaca el estudio realizado por los neurocientíficos de la Northwestern University (Chicago), Karuna Subramaniam y Marck Beeman. Durante el estudio los científicos mostraron, a algunos de los voluntarios, fragmentos de un programa cómico antes de que se pusieran a resolver pruebas de asociación verbal – utilizadas desde hace años para estudiar la resolución creativa de problemas – y descubrieron que estos participantes fueron capaces de resolver un mayor número de acertijos que los participantes que habían visto otro tipo de programa (de terror o sobre política, por ejemplo). Además, el número de veces que resolvieron los acertijos gracias a momentos de inspiración súbita (el clásico ¡eureka!) frente al sistema de ensayo y error fue muy significativo. Los investigadores creen que esto sucede porque «el humor y las emociones positivas reducen el umbral del cerebro para detectar conexiones más débiles o remotas  a la hora de resolver acertijos», es decir, que estar de buen humor aumenta nuestra capacidad de relacionar unas cosas con otras y encontrar soluciones novedosas – muchas veces de manera repentina -.

Las técnicas de imagen cerebral utilizadas en el estudio de Subramaniam y Beeman (Resonancia Magnética Funcional) muestran una mayor activación en una área del cerebro llamada Corteza Cingulada Anterior – una zona del cerebro que participa en la regulación de la atención, centrándola o dispersándola – en los participantes que vieron el programa cómico antes de ponerse a resolver las pruebas. Parece ser que durante la resolución de un problema esta zona trabaja conjuntamente con otras áreas de encéfalo para continuar centrada en la utilización de una estrategia determinada o para buscar otra distinta. El estudio también mostró que los participantes que habían realizado una actividad diferente mostraron una menor actividad en la Corteza Cingulada Anterior y sus respuestas a los acertijos fueron mucho menos originales.

Fuente: Elisabeth King Humphrey. Mente y Cerebro nº 51. 2011