En Energía Creadora nos interesa la enseñanza de las ciencias y las matemáticas a nivel escolar. Nos gustaría contribuir positivamente a su desarrollo y mostrar su lado más ameno, apasionante y enriquecedor, para que los niños vean en ellas grandes retos y aventuras, no monstruos amenazantes. Para ello, vamos a exponer la ordenación actual de estas enseñanzas y a completarlo con estrategias docentes y recursos motivadores.
EC | Madrid | Septiembre 2012
Los niños tienen una mente bastante científica. El mundo les asombra y ante los innumerables fenómenos que no comprenden -por muy cotidianos que sean- se comportan como auténticos investigadores, experimentando y acribillando a preguntas a cualquier adulto. Su curiosidad es innata y desbordante.
El momento en que por fin se entiende algo que se ignoraba o se hace algún descubrimiento, proporciona una sensación intensa y satisfactoria, que impulsa a repetir el proceso que nos ha llevado ahí. Sin embargo, algo falla cuando las asignaturas más proclives a propiciar estas experiencias son las más temidas por estudiantes de todas las edades. ¿Qué se está haciendo mal? ¿Cómo podría mejorarse la actitud hacia las matemáticas y las ciencias?
Una de las claves de la última reforma educativa, la Ley Orgánica de Educación de 2006, fue la introducción de un nuevo currículo basado en el aprendizaje por competencias. Se entiende por currículo el conjunto de objetivos, competencias básicas, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación. (LOE 2006, MEC)
La noción de competencia está basada en referentes europeos e internacionales. Alude a los conocimientos, destrezas y actitudes necesarios para que una persona alcance su desarrollo personal, escolar y social.
Las 8 COMPETENCIAS BÁSICAS son: lingüística, matemática, conocimiento e interacción con el mundo físico, competencia digital y tratamiento de la información, social y ciudadana, cultural y artística, aprender a aprender y autonomía e iniciativa personal.
Nos centraremos en la competencia matemática y en la científica. ¿Cumplen su función?, ¿están bien planteados sus currículos?, ¿ayudan a desarrollar estas competencias? Tanto la competencia científica como la matemática contribuyen en mayor o menor medida al desarrollo de las demás competencias, al tiempo que estas otras deben ayudar a la matemática y científica. Para su adquisición se requiere el aprendizaje de conceptos esenciales y las relaciones entre ellos. Se trata de conocer no sólo lo que se sabe, sino cómo se sabe. Ambas competencias están muy relacionadas entre sí. Un estudio riguroso de los fenómenos naturales exige medir y cuantificar. Desde las ciencias de la naturaleza se contribuirá a la adquisición de la matemática si se incide en su utilidad y se enfatiza la importancia de la precisión.
Las matemáticas destacan por su abstracción y la generalidad de sus conceptos, por su coherencia y solidez formal, por el rigor y precisión de sus procedimientos. Son un conocimiento básico, muy especializado, que proporciona objetividad al resto de disciplinas estableciendo criterios de veracidad para sus juicios así como métodos para su justificación. Es un conocimiento técnico, la capacidad de aplicar unos determinados conceptos y procedimientos a la resolución práctica de problemas.
Existe una visión crítica de la educación matemática que destaca la importancia de considerar diferentes perspectivas sobre el conocimiento matemático. Este abarca una serie de competencias formales (pensar y razonar, resolución de problemas, dominio de los lenguajes numéricos, simbólicos y gráficos, etc.), pero además constituye un lenguaje propio que debe ser enseñado como tal. El conocimiento matemático está también conectado con la vida social de los hombres, se utiliza para tomar decisiones.
La competencia matemática es una de las peor valoradas en estudios internacionales como PISA. Esta debilidad amenaza a la totalidad del sistema educativo, porque las matemáticas constituyen uno de sus pilares. Hay que enfatizar la enseñanza matemática por competencias, facilitando una aproximación racional al enfoque de esta materia desde una perspectiva funcional. ¿En qué consiste esta perspectiva?
Es un enfoque que considera que los conceptos y procedimientos matemáticos tienen un para qué, se usan en la práctica y constituyen herramientas mediante las que actuamos para dar respuesta a cuestiones e interrogantes del entorno. El enfoque funcional se centra en cómo los estudiantes pueden utilizar lo que han aprendido en situaciones de la vida cotidiana, más que en conocer los contenidos del currículum.
El mayor problema para el desarrollo didáctico de un currículo basado en competencias está en lograr que los alumnos conecten los aprendizajes del aula con sus contextos personales y sociales.
En la web del Observatorio Académico de Innovación Educativa de la UPM se puede enlazar con el Aula de Pensamiento Matemático que han desarrollado en la Universidad, con el fin de facilitar la comprensión de las matemáticas. El aula contiene:
- juegos, pasatiempos y enigmas matemáticos
- el lenguaje matemático y estrategias de resolución de problemas. Incluye vídeos, herramientas para profundizar en los objetivos de la actividad
- olimpiadas matemáticas
- matemáticas, cine y literatura
- convocatoria de competiciones y concursos
- documentales
- GeoGebra, un software dinámico de código abierto para la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas que reúne geometría, álgebra y cálculo.
En cuanto a la competencia científica, en la LOE se denomina competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico. Está formada una serie de capacidades y actitudes tales como:
- identificación de cuestiones científicas
- explicación científica de fenómenos
- aplicar los conocimientos de la ciencia a una situación determinada
- utilización de pruebas científicas (interpretarlas, elaborar y comunicar conclusiones, argumentar en pro y en contra de las conclusiones)
- reflexionar sobre las implicaciones sociales de los avances científicos y tecnológicos
- sentido de la responsabilidad sobre uno mismo, los recursos y el entorno
- apoyo a la investigación científica.
El informe PISA organiza la competencia científica en torno a cuatro grandes capacidades que debe desarrollar el alumnado. Algunas de ellas están más conseguidas o representadas en el currículo español que otras. La descripción y explicación de fenómenos está bastante presente en los currículos y también abundan los indicadores sobre el desarrollo de la responsabilidad sobre uno mismo, los recursos y el entorno. El currículo muestra cierta pobreza en cuanto a la capacidad de utilización de pruebas científicas, es decir, en la elaboración de conclusiones y aportación de argumentos sobre esas conclusiones, así como en el reconocimiento de cuestiones científicas. Indicamos estas carencias, no con afán destructivo, sino para estimular su mejora.
Las capacidades que señala PISA presentan una secuencia sobre cómo debería el ciudadano enfrentarse a un problema de cualquier índole: primero, tendría que identificar si la cuestión es investigable desde la ciencia, para lo cual debe buscar información y conocer los conceptos y teorías que puedan estar implicados, aplicándolas al problema concreto de estudio. Entonces podrá buscar conclusiones basadas en pruebas que den solución a la cuestión planteada, argumentando sobre ellas y comunicándolas, para así forjarse opiniones fundadas y poder tomar decisiones. En el caso del currículum español, se observa cierta deficiencia en los primeros y en los últimos pasos del proceso, quizá olvidando que la finalidad última de la adquisición de esta competencia es la alfabetización científica.
Asociar los aprendizajes científicos en el aula con los problemas y preocupaciones personales y ambientales se convierte en un reto que merece la pena afrontar.
Han de seleccionarse con eficacia los problemas de nuestro entorno para conseguir que los alumnos sean capaces de valorar el pensamiento científico-técnico y aplicarlo para interpretar la información que reciben, hacer predicciones y tomar decisiones con iniciativa y autonomía.
Lo cierto es que existen numerosos recursos docentes para una enseñanza más motivadora de las ciencias, como la idea de un profesor de Móstoles que utiliza hormigas para enseñar ciencia a sus alumnos de secundaria. Por este original método ha recibido el premio Francisco Giner de los Ríos. Y no sólo tenemos iniciativas aisladas. A nivel estatal existe la FECYT, Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, respaldada por el Ministerio de Economía y Competitividad, que se encarga de recoger y dar a conocer todo tipo de iniciativas relacionadas con la difusión de la ciencia y el fomento de una cultura emprendedora. Más información
Entre otras acciones, convocan una serie de ayudas destinadas la promoción de la ciencia y la innovación. Más información
OTROS RECURSOS:
- Para repasar lo aprendido y poner a prueba tus conocimientos de forma divertida y lúdica: educaplus.org
- Plataforma participativa de docentes sobre didáctica escolar de ciencia: Proyecto enciende
- Revistas de enseñanza y divulgación de las ciencias: Revista Eureka
Fuentes | |
– Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico. La competencia científica. Ana Cañas, María Jesús Martín-Díaz y Juana Nieda. Alianza Editorial. Madrid 2007. | |
– Competencias matemáticas desde una perspectiva curricular. Luis Rico Romero y Jose Luis Lupiáñez. Alianza Editorial. Madrid, 2008. |