Entrevista a un libro: laboratory life (la vida en un laboratorio)

Este mes entrevistamos a un libro basado en un estudio de dos años realizado por un joven filósofo francés, Bruno Latour, llevado a cabo en el Instituto Salk para estudios biológicos, y que posteriormente fue escrito en colaboración con un sociólogo inglés, Steve Woolgar.

 EC | Madrid | Enero 2013

1-¿Qué método emplea Bruno Latour para llevar a cabo su investigación?

El método empleado por Bruno  fue el de convertirse en parte del laboratorio, seguir de cerca los procesos diarios e íntimos de la actividad científica, mientras que  a la vez permanecía como un observador externo “interno”, un tipo de investigación antropológica para estudiar una cultura “científica”-seguir en detalle lo que los científicos hacen, cómo piensan y lo que piensan. Y considera importante poner entre paréntesis la familiaridad con el objeto de estudio, entendiendo como extraños aquellos aspectos de la actividad científica que se suelen dar por sentado.

2-¿Qué cosas sorprendieron a Bruno de lo que pudo observar en la actividad del laboratorio?

Creo que le sorprendió comprobar la enorme cantidad de material escrito que emana del laboratorio; de qué manera costosos aparatos, animales, productos químicos y actividades se combinan para producir un documento escrito valioso. Un intenso interés por la inscripción da lugar a una proliferación de archivos, documentos y diccionarios. Es como si se hubiese encontrado con una curiosa tribu que pasa la mayor parte del día codificando, marcando, alterando, corrigiendo, leyendo y escribiendo. La actividad del laboratorio se puede resumir como la persuasión a través de la inscripción literaria.

3-Presentas en tus páginas el laboratorio como un sistema de inscripción literaria cuyo resultado es llevar al resto a la convicción de que algo es un hecho. ¿En qué momento una declaración se transforma en un hecho?

Un hecho se transforma en tal cuando pierde todas las cualificaciones temporales y se incorpora a un largo cuerpo de conocimiento al que otros recurren. Para examinar de qué manera se construye un hecho, analizo el caso del TRF, la hormona liberadora de tirotropina.

4– En EC nos interesan los fenómenos relacionados con la inteligencia compartida, a la que dedicamos nuestro segundo número. ¿Tienes algo que decir sobre esto?

Una de las cuestiones que Bruno pudo comprobar a raíz de su investigación fue la manera en que los hechos pueden ser creados o destruidos durante intercambios conversacionales relativamente breves entre miembros del laboratorio. Nada parecía indicar, además, que esos intercambios comprendiesen un tipo de proceso de razonamiento marcadamente diferente de los intercambios en escenarios no científicos, y como en el caso de estos últimos, se trata de intercambios enormemente heterogéneos. Recojo en mis páginas ejemplos de conversaciones que muestran que una compleja red de evaluaciones entran simultáneamente en una deducción o decisión.

5– ¿Qué tipo de conversaciones se producían entre los científicos que forman parte del laboratorio analizado?

Se producían con frecuencia conversaciones sobre hechos conocidos, sobre alguna actividad (por ejemplo, la preparación de un ensayo), sobre aspectos teóricos, o sobre el trabajo de otros investigadores.

6-¿Qué es lo que impulsa a un científico a instalar instrumentos, escribir papeles, construir objetos y ocupar diferentes posiciones? ¿Qué es lo que lleva a un científico a pasar de un tema a otro, de un laboratorio a otro, escoger uno u otro método, estos u aquellos datos, esta o aquella forma estilística?

Los científicos hablan mucho del reconocimiento como recompensa, pero no parece ser lo único que les impulsa. El reconocimiento en última instancia se entiende como parte de un modelo económico integrado de producción de hechos. Recibir una recompensa se considera una pequeña porción de un ciclo más amplio de inversión en credibilidad. Los científicos se interesan los unos por los otros no porque se vean forzados por un sistema especial de normas a reconocer los logros de otros, sino porque cada uno necesita del otro para incrementar su propia producción de información veraz.

7-Estás suponiendo que los científicos son inversores en credibilidad, y por tanto el resultado es la creación de un mercado…

La información tiene valor porque permite a otros investigadores producir información, lo que facilita el retorno del capital invertido. Hay una demanda por parte de los otros investigadores, información que puede incrementar el valor de sus propios instrumentos, y hay una oferta de información de otros inversores. Las fuerzas de la oferta y la demanda crean el valor del producto. Teniendo en cuenta la fluctuación de este mercado, los científicos invierten su credibilidad donde se va a ver recompensada con más facilidad: con problemas interesantes, temas gratificantes, buenos métodos, compañeros fiables…

8-Una reflexión final…

Los científicos, con su actividad, crean orden a partir del desorden. El laboratorio en sí mismo genera desorden dentro de su recinto,  repleto de ordenadores, hojas de datos, libros de protocolo, diagramas, etc. El científico encuentra el orden entre este aparente caos.

Fuentes
– Latour, Bruno, y Woolgar, Steve. Laboratory life. The construction of scientific facts. Princeton university press, 1986.