La curiosidad

La curiosidad es un gran recurso, una ventaja evolutiva y una de las principales características del ser humano. Cierto que en ocasiones puede ser un impulso excesivo y desmesurado, de ahí quizá la advertencia en forma de refrán. Pero del cultivo de la curiosidad nacen los científicos, los exploradores, descubridores…

 EC | Madrid | Enero 2013

Miguelito va con su madre a la compra. De pronto, se para y se agacha junto a un trozo de césped:

– Mira, mami, ¡un caracol!

Puede que su madre tenga prisa, o que esté dándole vueltas a algún problema o, simplemente, enfrascada en sus pensamientos. Sin apenas mirar a su hijo, tira de su mano y le dice:

– Venga, venga, no te distraigas con tonterías.

Sin quererlo, está poniendo una losa sobre el espíritu curioso de Miguelito, de forma que, poco a poco, losa tras losa, esa curiosidad infantil se va aplastando hasta desaparecer. La madre, sin darse cuenta, está acabando con la curiosidad del niño. Le transmite el mensaje de que observar, querer aprender, es una tontería, una pérdida de tiempo. Quizá, si no disponía de tiempo para acercarse a mirar el caracol, la madre habría podido aprovechar para decirle que luego buscarían un libro sobre caracoles, o que le enseñaría a dibujar uno. Es fácil estimular la curiosidad e interés de los niños, pero también lo es relegar esas características al olvido si no se les hace caso.

En Energía Creadora ya hemos hablado de cómo la curiosidad es una de las mayores cualidades de los niños, y de lo triste que es que se vaya perdiendo con el paso de los años.

Los niños son como pequeños científicos: en sus cabecitas se amontonan preguntas, hipótesis, dudas… Necesitan comprender una enorme cantidad de hechos que, para nosotros, la fuerza de la costumbre ha vuelto completamente normales.  Todo lo quieren saber, probar y experimentar por sí mismos. A veces nos sobrepasan; su curiosidad es arrolladora. Esto va implícito en la etimología de la palabra: “cur”, en latín, significa ¿por qué? Podríamos afirmar que la curiosidad es una disposición natural a preguntar ¿por qué?

Los expertos en aprendizaje se están dando cuenta de que es fundamental cultivar esa curiosidad y utilizarla como acicate educativo. Dice Ricard Huguet que algo falla en la educación cuando los niños empiezan el colegio deseando ser astronautas, y lo terminan queriendo ser funcionarios. Hay que mantener viva la chispa de la curiosidad.

“Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación formal” Einstein

“El ser humano es un animal naturalmente predispuesto a explorar y conocer el mundo que le rodea. Su curiosidad no se limita a aspectos descriptivos acerca del ambiente circundante inmediato, como la pregunta ¿qué es eso? Ya en la primera infancia, las preguntas inquisitivas sobre “lo que es” dan rápidamente el salto hacia un proceso activo y operacional de experimentación: ¿cómo funciona eso?, ¿qué sucede si…?” (Curiosidad y el placer de aprender, pg. 134)

Sin embargo, la curiosidad es una fortaleza humana poco estudiada hasta ahora, a pesar de ser muy productiva: posee gran relevancia en ámbitos como la creatividad, el ocio y las relaciones sociales y aplicaciones en psicología educativa, deportiva, organizacional y clínica. Aunque la curiosidad puede ser una característica universal del ser humano, cada individuo posee intereses personales y difieren en su receptividad a la novedad y los desafíos, y en la intensidad, frecuencia y sostenibilidad de sus estados de curiosidad.

La curiosidad es un fenómeno emergente, un impulso interno, un comportamiento lúdico que busca explorar y experimentar lo nuevo y desconocido. Está relacionada con el interés, el flow y la motivación intrínseca. Definimos curiosidad como la búsqueda deliberada de la novedad y las ocasiones desafiantes. Constituye una importante dimensión de la inteligencia, ya que representa la fuente principal del deseo de saber, de las ganas de aprender.

Podemos hablar de dos tipos de curiosidad: la duradera y la temporal.

  • La curiosidad característica o duradera alude a la diferente disposición hacia comportamientos curiosos. Una persona con mucha curiosidad tiene tendencia a la novedad, prefiere la complejidad, la incertidumbre y el conflicto. Por eso es más probable que busque actividades con esas características y tiene estas experiencias más fácilmente y a menudo.
  • Por su parte, la curiosidad temporal o de tarea, es un estado de curiosidad temporal evocado por una actividad en curso. Implica una transacción entre la persona y el entorno. Cuando son curiosos, los individuos están activamente involucrados en la búsqueda de un disfrute personal. Y es que la curiosidad está asociada al juego, al disfrute, a la satisfacción que proporciona aprender y descubrir. Reforzar la curiosidad momentánea sirve para fomentar la curiosidad duradera.

Aprender llevado por la curiosidad es despertar el placer de conocer, comprender, descubrir, construir el conocimiento… La curiosidad va asociada al aprendizaje a lo largo de toda la vida, siempre y cuando se haya adquirido ese gusto por conocer.

La curiosidad no es sólo un incentivo para el aprendizaje, sino que ella misma se debe aprender y cultivar.

La curiosidad es un estado psicológico maleable, lo cual tiene sus ventajas y sus inconvenientes; ya hemos visto lo fácil que es influir negativamente en su desarrollo y mermarla. Pero también se puede alimentar y desarrollar. En todo caso, es una característica que está fuertemente influenciada por el contexto social. Entornos inquietos, curiosos y abiertos a la novedad generan individuos curiosos, creativos, ocurrentes…  La curiosidad es, a su vez, un factor social imprescindible para las culturas vivas y los sistemas dinámicos.

¿Qué podemos hacer para que la curiosidad florezca?

  • La mejor forma de incentivar la curiosidad de un niño es hacer caso y responder a sus preguntas.
  • Incitar a los niños a la observación, a que se hagan preguntas y así descubran el mundo que les rodea.
  • Compartir su interés y curiosidad por el mundo.
  • Proporcionarle libros, visitas, experiencias, etc. que estimulen su interés.
  • Hablar con él y formularle preguntas sobre lo que sabe, animarle a averiguar más cosas.
Fuentes
– Curiosidad y el placer de aprender. El papel de la curiosidad en el aprendizaje creativo. Hugo Assmann. PPC. Madrid, 2005.
Cómo desarrollar la mente de su hijo. Robert Fisher. Obelisco. Barcelona 2003.

El aprendizaje por descubrimiento

Los niños pequeños preguntan, observan, imitan, experimentan… su entorno les parece misterioso y lleno de enigmas que tratan de descifrar por sí mismos. Aprenden ellos solos descubriendo el mundo que les rodea. Es el tipo de aprendizaje más natural del ser humano, y debería utilizarse más en las aulas, pero requiere mucho tiempo y esfuerzo.

EC | Madrid | Enero 2013

Nuestro principal medio de aprendizaje es el descubrimiento, sobre todo en la infancia. Sin embargo, a nivel académico, no se ha hecho mucho énfasis en él. Se ha fomentado más un tipo de enseñanza de carácter deductivo, basado en las enseñanzas transmitidas por el profesor, quien presenta problemas a los alumnos para que estos los resuelvan aplicando conceptos generales.

En cambio, el aprendizaje por descubrimiento es un tipo de aprendizaje en el que no se reciben los contenidos de forma pasiva, sino que el sujeto descubre por sí mismo los conceptos y sus relaciones y los reordena para adaptarlos a su esquema cognitivo. La enseñanza por descubrimiento coloca en primer plano el desarrollo de las destrezas de investigación e incide en la solución de los problemas. Por eso es especialmente adecuada para potenciar la inteligencia científica.

Según el creativo Jeremy Baka, los niños de preescolar hacen unas 100 preguntas al día. La mayoría de esas preguntas pueden parecer estúpidas, pero según Baka, ¿no debió sentirse estúpido Einstein al cuestionar toda la física anterior?

La pedagogía ha prestado atención al descubrimiento como forma de aprendizaje. Dos de sus principales defensores han sido Piaget y Jerome Bruner.

Piaget planteó, en su teoría del aprendizaje, que los niños se desarrollan intelectualmente mediante su actividad física y mental, gracias a las interacciones con el medio ambiente. Quiso demostrar que el aprendizaje no se adquiere por la acumulación pasiva de conocimiento, sino por mecanismos internos de asimilación y acomodación.  Los niños son capaces de crear su propio conocimiento mediante las acciones o situaciones que se le presenten.

Bruner ha dedicado toda su carrera a investigar los procesos de enseñanza y aprendizaje. El aprendizaje por descubrimiento es una de las principales implicaciones de su pedagogía, que se basa en los siguientes puntos:

  • Predisposición de los niños hacia el aprendizaje.
  • El modo de estructurar un conjunto de conocimientos para que sea interiorizado lo mejor posible por el estudiante.
  • Las secuencias más efectivas para presentar un material.
  • La naturaleza de los premios y castigos.

Para el psicólogo norteamericano, el aprendizaje es un proceso activo, de asociación y construcción. Por eso, el instructor debe motivar a los estudiantes a que ellos mismos descubran relaciones entre conceptos y construyan proposiciones. Debe encargarse de que la información con la que el estudiante interacciona esté en un formato apropiado para su estructura cognitiva.

Esta forma de aprender encuentra hoy en día una gran compañera en las nuevas tecnologías. Las propias características de los aparatos y ambientes tecnológicos exigen que cada uno aprenda muchas cosas por sí mismo mediante la curiosidad y la exploración de la utilidad de los nuevos dispositivos o aplicaciones. Aprender de manera independiente y por cuenta propia se ha convertido hoy en un componente fundamental de la experiencia de aprendizaje. Cada vez va haciéndose más hueco en el aprendizaje reglado, aunque su aplicación efectiva no es fácil.

En primer lugar, requiere muchísimo trabajo previo por parte del profesor. El hecho de que sea un aprendizaje natural no significa que haya que dejar a los niños a su aire. Debe ser un aprendizaje guiado, pero a la vez, percibido como un juego. Los alumnos deben tener la impresión de que en el aula exploran, investigan y “hacen cosas”. Para que el aprendizaje resulte efectivo y productivo, los profesores han de tener las clases muy bien preparadas. Es, por tanto, una metodología más compleja y elaborada de lo que puede parecer a simple vista.

¿Cómo se puede aplicar en el aula?

Al ser un tipo de aprendizaje global e integral, no existe una serie de pasos específicos para llevarlo a cabo, aunque sí que se pueden dar unas directrices de cómo introducir a los alumnos en las actividades de aprendizaje por descubrimiento. Estas son algunas de ellas:

  1. Lanzar una pregunta intrigante a los alumnos.
  2.  Proporcionar material, previamente organizado, para que los alumnos puedan trabajar sobre el tema en cuestión.
  3.  Invitar a los alumnos a que hagan suposiciones intuitivas basadas en pruebas insuficientes y que luego confirmen sistemáticamente esas suposiciones.
  4.  Organizar la clase para que los alumnos aprendan a partir de su propia implicación activa.
  5.  Ayudar a construir sistemas internos de codificación dentro de los cuales una persona puede organizar diferentes aspectos de un concepto general.

Los sistemas educativos están comenzando a alentar este tipo de aprendizaje. En el aprendizaje por competencias no deja de aludirse al aprendizaje por descubrimiento. Por ejemplo, la competencia básica de aprender a aprender, remite al aprendizaje por uno mismo, la actitud exploradora, la construcción del propio conocimiento…

“Descubrir cosas es positivo y da placer” (Daniel Goleman)

Sin embargo, este tipo de enseñanza cuenta con algunas desventajas que dificultan su aplicación sistemática. Por un lado tenemos la gran cantidad de trabajo previo que supone por parte del profesor. Este debe planear cuidadosamente y con antelación los distintos puntos y contenidos de cada aspecto a trabajar. No se puede dejar a la improvisación. Por otra parte, dada su propia naturaleza, es un proceso bastante lento y dispar, ya que cada niño aprende a su ritmo. Para que este aprendizaje pudiera implantarse a nivel global, deberían reformarse los tiempos, estructuras… en definitiva una reforma profunda del sistema escolar que, de momento, no tiene pinta de producirse. Pero, en la medida de lo posible, sí que se deberían introducir elementos del aprendizaje por descubrimiento en determinados momentos y materias.

Fuentes
– Curiosidad y el placer de aprender. El papel de la curiosidad en el aprendizaje creativo. Hugo Assmann. PPC. Madrid, 2005.
Educación para el éxito

Aprendizaje por proyectos

Comenzaremos explicando la relación entre los proyectos y el aprendizaje para la vida, ofreciendo un marco teórico sobre la capacidad de aprendizaje y la autonomía como fines de la educación. Después nos centraremos en una perspectiva práctica, incluyendo recursos para elaborar proyectos.

EC | Madrid | Octubre 2012

Apreder a aprender
La educación no es algo cerrado, definitivo, con un principio y un final. Es un camino siempre por hacer, que no termina nunca. Por eso, el objetivo de la etapa escolar es sentar unas bases, dotar de unas herramientas aplicables en todo momento. El aprendizaje debe ser significativo y potenciar la autonomía. Es decir, debe anclarse en la vida real, servir para algo. Si los estudiantes no perciben la utilidad de lo que se les está enseñando, pierden rápidamente el interés. Se ha de organizar el ambiente de las clases, las experiencias de enseñanza, los recursos, procedimientos y condiciones prácticas, de forma que los alumnos no sólo tengan ocasión de satisfacer sus necesidades educativas, sino también la motivación necesaria. Los alumnos se motivan si son conscientes de la utilidad de lo que aprenden, porque entonces llegan a interiorizarlo y a interesarse por aprender por sí mismos. Por eso los contenidos deben ser factibles, estar conectados con la realidad, ser aplicables en situaciones diferentes tanto dentro como fuera del aula. La educación debe ser un aprendizaje para la vida, que forme personas polivalentes, flexibles, abiertas a las innumerables posibilidades que ofrece la vida.

El filósofo John Dewey insiste en que la mejor forma de aprender es “haciendo”. Los niños tienen que convertirse en protagonistas de su propio aprendizaje y para ello nada mejor que ofrecerles experiencias que les ayuden a comprender el mundo que les rodea. La misión de la enseñanza no es llenar las cabezas de contenidos, sino contribuir a que el alumno adquiera un conocimiento global del mundo.

De esto trata la educación por proyectos. Este enfoque transforma el papel del estudiante y del docente. El primero se convierte en protagonista de su propio aprendizaje, y este último ha de emplear sus conocimientos didácticos para algo más que para transmitir un conjunto de contenidos. Debe servir de guía a sus alumnos, acompañarlos y orientarlos en el camino de la enseñanza. No disminuye la responsabilidad docente, pero se supera esa visión del profesor como “enemigo”, “perro guardián”, mero evaluador… Alumnos y profesores pasan a formar parte del mismo bando: el del conocimiento, en el que no sólo aprenden los alumnos, sino que los profesores tampoco dejan de hacerlo.

En la última reforma educativa, la LOE, se recomienda hacer más práctico y funcional el currículo, siguiendo las orientaciones de la UE. Sin embargo, no se alude directamente a la pedagogía por proyectos. De momento, el trabajo de aula por proyectos no deja de ser una iniciativa individual, bien de profesores o de centros concretos. Lo mismo ocurre en otros países, como por ejemplo en los colegios High Tech High de San Diego, de los que hablamos en un breve.

Recursos Pedagógicos
Proyectar es “idear, trazar, disponer o proponer el plan y los medios para la ejecución de una cosa”, y el proyecto es tener la idea o intención de hacer algo y cómo hacerlo. Proyectar es ser capaz de realizar algo, alude a la capacidad de crear. Consiste en escoger una meta y movilizar todo nuestro potencial para su consecución. El proyecto nos proporciona un objetivo claro, una meta a la que llegar. Pero para alcanzarla, probablemente topemos con dificultades. Así se aprende a manejar la frustración y a soportar el esfuerzo. Hay que ir resolviendo contratiempos, cometer fallos y superarlos, aprender a ver los errores como oportunidades para mejorar. Aprendemos mientras hacemos, reflexionamos sobre lo que hacemos y vamos dando respuestas a todas las cuestiones que nos surgen y no habíamos previsto. No es lo mismo decir a unos niños de preescolar: “ahora, haced un dibujo”, que pedirles que escojan qué es lo que quieren pintar, porque de ese modo concretan su atención, saben que tienen un objetivo determinado y pueden valorar ellos mismos si lo han conseguido o no.

Ideal de las actividades del aula:

  • que sean vitales, necesarias
  • útiles
  • atractivas
  • accesibles
  • experimentadas
  • acompañadas
  • que gusten
  • reflexionadas
  • reconocidas
  • con repercusión social
  • que utilicen recursos disponibles

A la hora de planear un proyecto, el profesor debería preguntarse ¿qué considero lo más importante que deben conocer los estudiantes a final de curso? Esto da lugar a unos objetivos generales que luego se van concretando en diferentes proyectos sobre temas determinados. Los proyectos pueden ser de una asignatura o interdisciplinares.
Hay que tener en cuenta que la realización de un proyecto es un medio para educar, no un fin en sí mismo. El resultado es importante, pero el proceso importa tanto o más. Para que un proyecto cumpla al máximo todas las dimensiones de formación que puede cubrir, debe estar enmarcado en el contexto de una pedagogía de la relación, del grupo y de la tarea. Las posibilidades de realización de proyectos son ilimitadas. Cada situación, grupo y entono, se prestan a distintos tipos de proyecto.
“Como hemos dicho, proyectar es concebir una idea que hacemos realidad y cuya consecución precisa de otras tareas de diversa dificultad y especificidad. Esta característica nos permite adaptar las actividades a la diversidad del aula, al mismo tiempo que todos participan en una empresa común” (Miguel Ángel Jiménez, Proyectos para educar, pg. 21).
El proyecto tiene que tener una dificultad suficiente como para suponer un reto -si resulta demasiado fácil no será motivador-, pero no tanto que sea inalcanzable.
Las posibilidades y opciones didácticas que ofrecen los proyectos son infinitas, no obstante, existen algunos elementos básicos que deberían tenerse en cuenta para su realización. La pedagogía por proyectos estimula la interacción de los alumnos con el mundo físico y el social, situándolos en contextos de la vida real para resolver problemas.
Los proyectos suponen planificación, puesta en práctica y evaluación, y promueven cuatro tipos de objetivos de aprendizaje:

  • conocimientos: datos, conceptos, ideas, vocabulario
  • destrezas: leer, contar
  • disposiciones o hábitos mentales
  • sentimientos

(Katz y Chard, 1989, citados en Proyecto Spectrum, tomo 1, pg. 51)

Factores a tener en cuenta para sacar adelante proyectos:

  • objetivos
  • orden de prioridades
  • gestión del tiempo
  • distribución de los espacios.

“Un proyecto es un lugar al que queremos ir, pero también es el camino que hay que recorrer para llegar a él”. Miguel Ángel Jiménez, Proyectos para educar, pg. 10.

Fases de un proyecto:

  • pensar qué queremos hacer
  • ponerlo por escrito: dossier del proyecto
  • defender el dossier del proyecto
  • realizar el proyecto
  • evaluarlo
Fuentes
Competencia para aprender a aprender. Elena Martín y Amparo Moreno. Alianza Editorial, Madrid 2007.
Proyectos para educar. Propuestas para dentro y fuera de la escuela. Miguel Ángel Jiménez. SM, Madrid 2004.
Una experiencia a compartir. Las Inteligencias Múltiples en el Colegio Montserrat. Montserrat Del Pozo Roselló. Col.legi Montserrat, Barcelona 2005
Inteligencias múltiples en acción Montserrat del Pozo. Cecilia Cortacáns y Almudena Meroño (colaboradoras). Col.legi Montserrat, Barcelona 2011
El Proyecto Spectrum. Tomo I: Construir sobre las capacidades infantiles. H. Gardner, D. H. Feldman y M. Krechevsky (Comps.). Ediciones Morata, 2000.

Experiencias docentes

Nos gusta ir más allá de la teoría y aplicar en la práctica todo lo que vamos aprendiendo. Por eso hemos seleccionado una serie de prácticas pedagógicas por proyectos. Éstas pueden tener miles de formas: existen centros que elaboran festivales de títeres, cuentacuentos, organizar un museo, revistas… Pero como lo que más nos interesa son las ciencias y las matemáticas, vamos a centrarnos en proyectos de esta índole.

EC | Madrid | Octubre 2012

Experiencias docentes

El Colegio Montserrat, bajo la dirección de Montserrat del Pozo, es ya un viejo amigo que destaca por trabajar todos sus contenidos por  proyectos, desde Educación Infantil. En sus libros comparten sus métodos, por ejemplo, una gran variedad de fichas que sirven a los alumnos para planificar y concretar los proyectos que van a realizar. De esta manera, por un lado, se les da libertad para que elijan a qué se quieren dedicar, con lo que adquieren autonomía y responsabilidad. Además, al no imponerse los temas, pueden escoger lo que más les guste o interese, con lo que están más motivados y sienten el trabajo como algo suyo. Por otro lado, los proyectos no se dejan a la entera voluntad de los niños, sino que las fichas les van marcando las pautas que tienen que seguir para que los proyectos salgan bien. Así aprenden los pasos necesarios, van asumiendo una forma de trabajar estructurada, planificada, que resulta enormemente efectiva.

Hemos seleccionado 3 tipos de proyectos que destacan porque pueden emplearse para varios fines y niveles, y que pueden servir de inspiración a profesores de ciencias y de matemáticas.

En primer lugar, tenemos un diario matemático, que nos parece una idea excelente. Sirve para que los alumnos plasmen sus impresiones, los temas o ejercicios que les resulta más fáciles y difíciles… Con esto se consigue que los niños se acostumbren y familiaricen con la temida asignatura, que la sientan como algo cercano sobre lo que pueden opinar y reflexionar, para luego, con la ayuda del profesor, detectar y atajar sus puntos débiles. (Una experiencia a compartir. Montserrat Del Pozo Roselló. Pg. 87)
Se pueden realizar unos “formularios” para planificar experimentos, adaptados a Primaria y a Secundaria. En el primer caso se trata de proyectos a largo plazo (un trimestre o curso). Se debe hacer hincapié en la elección libre de tema, pero ayudando al alumno a concretar sus posibles intereses y los aspectos metodológicos ANTES de iniciar el proyecto, lo que permite que ellos mismos sean conscientes de qué tienen que hacer para evitar proyectos imposibles o demasiado abstractos. Combinan la autonomía del estudiante con un “principio de realidad”. Por ejemplo, rellenando en primer lugar una lista de “temas que me interesan”, meditando el tiempo que le pueden dedicar al proyecto cada semana, pensando sobre los materiales que más les gusta usar, si necesitarán ayuda… Al final del cuestionario, los alumnos deben escribir ya el tipo de proyecto que han elegido: un experimento, una maqueta, etc. (Ídem, pg. 88)

El siguiente modelo es apropiado para alumnos más mayores acostumbrados a esta forma de trabajar. Los pasos no están tan reglados; hay más libertad y menos orientación. Se inspira en el método científico, pues requiere una hipótesis y las variables que pueden intervenir. Las pautas son:

  1. Enumera todas las variables que tendrás que tener en cuenta en el experimento
  2. ¿Qué vas a comprobar? (variable independiente)
  3. ¿Qué es lo que cambiará como resultado de la variable independiente? (variable dependiente)
  4. ¿Qué crees que pasará en el experimento?

(Ídem, pg. 349)

Ni frio ni calor
Hasta ahora hemos visto esquemas que sirven para organizar los proyectos; es el momento de explicar uno de ellos más detenidamente. Hemos elegido un “proyecto de comprensión” de 6º de Primaria, que involucra varias asignaturas. Se pretende averiguar cómo está presente el calor en nuestras vidas y cómo determina y condiciona las diferentes formas de vida. (Ídem, pgs. 438 y siguientes)

Los objetivos pedagógicos son:

  • entender la diferencia entre calor y temperatura
  • conocer las diferentes maneras de propagarse el calor hasta llegar al equilibrio
  • entender los efectos que produce el calor en los cuerpos
  • medir la temperatura y expresarla en diferentes escalas
  • reflexionar sobre cómo reaccionan los seres vivos a los cambios de temperatura.

Justificación del proyecto:
“Hemos elegido un tema que pertenece al currículum de ciencias naturales y que está presente en la vida cotidiana de todos los seres vivos, determinándolos en muchos aspectos. Por otra parte, este es un tema muy atractivo para los alumnos, ya que les permite comprobar en el laboratorio y aprender experimentando muchos fenómenos de difícil comprensión”.

Se realizan varios tipos de actividades, en primer lugar, preliminares, en las que se muestran fotos sobre los efectos del calor para que los alumnos expliquen la relación entre calor y temperatura. Se valoran las ideas previas y las diferentes aportaciones de los alumnos.

Actividades de investigación guiada:

  • Comparar los incrementos de temperatura con un termómetro utilizando las variables: “mismo tiempo” y “diferente sustancia” (agua y aceite), y también con “mismo tiempo” y “diferente cantidad de sustancia” (agua)
  • Medir la temperatura corporal y calcular la media aritmética de todo el grupo
  • Recordar experiencias personales que clasifican los materiales de uso cotidiano en aislantes o conductores del calor
  • Realizar una obra de teatro cuyos personajes sean Celsius, Kelvin y Fahrenheit
  • Leer, subrayar y hacer esquemas de ciertos textos
  • Observar los efectos del calor sobre las sustancias en el laboratorio.

Proyecto final de síntesis:

  • Construcción de un esquema en el mural de la clase
  • Completar un termómetro gigante con las temperaturas más significativas para ellos
  • Construir un dominó de los conceptos estudiados y hacer una partida entre grupos
  • Elección de la actividad que más ha gustado y exponerla a los demás

Como vemos, este proyecto abarca la programación total de un tema, y lo desarrolla de manera transversal, completándolo con actividades propias de otras materias, como matemáticas o lengua. El proyecto se ha programado siguiendo un hilo conductor, metas de comprensión, distintas actividades (que permiten valorar las diferentes aportaciones de los alumnos, observar sus procesos de aprendizaje, compartir los resultados con el resto de compañeros, corregir los resultados…) y, por último, la evaluación. Esta no se reduce a una única prueba final, sino que consta de varias partes: oral, seguimiento semanal, cuestionario de valoración y rendimiento personal, y un control sobe el grado de consecución de los objetivos.

Esta variedad en las actividades y en los métodos de evaluación permite que cada alumno pueda lograr los objetivos empleando diferentes tipos de inteligencia, así como recibir la información y expresar lo aprendido por diferentes vías. Recordemos que en el Colegio Montserrat basan la enseñanza en las inteligencias múltiples de Gardner, y su prioridad es que todos los niños tengan la oportunidad de aprender y desarrollarse de acuerdo con sus capacidades.

Para llevar a cabo las distintas actividades se emplean diferentes espacios: las aulas, la sala de Inteligencias Múltiples (donde se realizan la mayoría de actividades y exposiciones finales), el laboratorio y la sala de ordenadores. Los materiales usados son: aceite, agua, velas, papel de seda, cartulinas, cinta adhesiva, pegamento, tijeras, CDs de música, vídeos, barras de estaño, cobre y bronce, globos, gomas elásticas, jeringuillas, recipientes de vidrio, botellas, fogón eléctrico, balanza, termómetros, plancha, reproductor de vídeo y de música.

Por último, a lo largo de todo el proyecto se va recogiendo documentación:

  • mediante fotografías del proceso,
  • realizando un vídeo de las exposiciones de los alumnos,
  • recogiendo los trabajos realizados.

La pedagogía por proyectos refleja un ideal de educación entendida como un proceso dinámico, abierto, flexible, particular, dirigido a personas concretas e individuales. La enseñanza para el aprendizaje es un recorrido apasionante que no acaba nunca.

Fuentes
– Proyectos para educar. Propuestas para dentro y fuera de la escuela. Miguel Ángel Jiménez. SM, Madrid 2004.
– Una experiencia a compartir. Las Inteligencias Múltiples en el Colegio Montserrat. Montserrat Del Pozo Roselló. Col.legi Montserrat, Barcelona 2005
– Imagen de portada: licencia creative commons: ing_jorge/flickr